El ahorro conservador se encuentra en una encrucijada. Las recientes reducciones en los tipos de interés han llevado a los bancos a ofrecer opciones cada vez menos atractivas para los ahorradores, quienes ven que las alternativas tradicionales apenas logran superar la inflación tras deducir comisiones e impuestos. “La captación de pasivos tradicionales ya no es una prioridad para la banca. Ahora buscan clientes interesados en inversiones que les generen mayores márgenes de beneficio”, comenta Rafael Pampillón, consejero del Colegio de Economistas de Madrid.
Un panorama limitado para los ahorradores
Con la desaparición de depósitos en los escaparates y las cuentas remuneradas que ofrecen escasos intereses, los fondos de inversión conservadores han empezado a ser la opción elegida por muchos. Sin embargo, lo que antes se consideraba un refugio seguro ha dejado de ser suficiente para combatir la inflación.
Los diez fondos conservadores más vendidos en 2025 han superado los 15.700 millones de euros en inscripciones netas, según datos de la patronal Inverco. Esto representa más de la mitad de los 31.034 millones de euros suscritos en fondos en total este año, una cifra que no se veía en más de una década. En búsqueda de estabilidad, el 99% de estas inscripciones netas se ha dirigido a fondos de renta fija y monetarios. Sin embargo, es crucial analizar cuánta de esta «seguridad» se traduce en rentabilidad real. Muchos de estos fondos reportan rendimientos anuales entre el 1,5% y el 3%. A pesar de que estas cifras ya descuentan comisiones (que oscilan entre el 0,4% y el 1,1%), los fondos con comisiones cercanas al 1% ven cómo el retorno neto se ve aún más reducido, sin olvidar el 19% de impuestos que se deben pagar al momento de retirar las ganancias.
Ejemplos claros de la rentabilidad real
El fondo CaixaBank Renta Fija Corto Plazo se destaca como el más exitoso del año, captando casi 4.000 millones de euros, pero su rentabilidad en 2025 es solo del 1,79% (comisiones del 0,89%). Con la inflación media anual situada cerca del 3%, los ahorradores están viendo disminuido su poder de compra. El fondo BBVA Rentabilidad Ahorro Corto Plazo, con más de 1.900 millones en suscripciones, ofrece una rentabilidad del 1,44% y comisiones del 0,967%. En tercer lugar, el fondo CaixaBank Máster Renta Fija Deuda Pública 3-10 presenta una rentabilidad del 2,62% con comisiones más bajas, del 0,48%. Estos resultados muestran que incluso en los fondos más solicitados, la rentabilidad real, descontando comisiones e inflación, puede ser negativa.
Para ilustrarlo, consideremos un ejemplo: Si se invierten 10.000 euros en un fondo con una rentabilidad bruta del 2,5% y comisiones del 0,8%, la ganancia neta resulta ser solo de 170 euros. Si a esto le sumamos una inflación del 3%, la rentabilidad real se convierte en negativa, alrededor del -1,3%. Aunque el fondo genere rendimiento positivo, el poder adquisitivo se erosiona, haciendo que la inversión segura pierda valor.
Renta variable: una alternativa olvidada
En contraste, el Ibex 35 ha subido un 45% en el año, consolidándose como el mejor índice de Europa y el segundo a nivel mundial después del Kospi coreano. Sin embargo, la suscripción de fondos de acciones entre los clientes de la banca española es casi insignificante. Entre los fondos de renta variable, destaca el BBVA Europa Desarrollo, con un rendimiento superior al 18%, pero solo ha acumulado suscripciones netas de 48.000 euros. Aún más, el Kutxabank Eurozona presenta un crecimiento del 14%, aunque su captación neta es tan solo de 80.000 euros. Aunque asumir riesgos no es para todos, existen opciones menos arriesgadas que podrían proporcionar un retorno positivo.
“Aún nos sorprende negativamente. Todo hacía presagiar que los ahorradores se convertirían en inversores conscientes de la inflación. Sin embargo, esta es una anomalía en nuestro sistema financiero”, observa David Cano, socio de Analistas Financieros Internacionales (Afi).
La dificultad de encontrar opciones conservadoras
La situación empeora al buscar productos de ahorro más tradicionales en el sector bancario. Los depósitos, históricamente considerados una opción segura, están viendo caer su remuneración. Según datos del Banco de España, los hogares españoles tienen más de 1 billón de euros en depósitos que ofrecen mínimas rentabilidades. Para comparación, según Inverco, los fondos de inversión contienen algo más de 763.000 millones de euros.
La banca española no ha competido agresivamente en el segmento de los depósitos, especialmente en el contexto de las recientes subidas de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo. Mientras que en ciclos previos los bancos solían aumentar la rentabilidad de los depósitos junto con las tasas, esta vez la falta de competencia ha derivado en que solo entidades más pequeñas y neobancos ofrezcan tasas atractivas.
El futuro del ahorro conservador
A medida que el BCE comienza a reducir tipos, los bancos han ido retirando depósitos de sus escaparates y los que aún existen ofrecen una rentabilidad mínima, sobre el 2%. Por ejemplo, Renault Bank ofrece un 2,22% TAE, mientras que Banco Big paga un 2,5% en depósitos a seis meses.
“Los bancos no sienten la necesidad de remunerar los depósitos, y los hogares los mantienen por inercia. Esto genera un serio desequilibrio”, concluye Pampillón. Las cuentas remuneradas sufren un destino similar. Actualmente, muchas ofrecen tasas temporales, como Unicaja que brinda hasta un 3% TAE, pero solo los primeros meses.
En términos de letras del Tesoro, que anteriormente eran una opción popular, su rentabilidad se ha reducido a alrededor del 2%. Esta realidad deja a los ahorradores atrapados en un ciclo de opciones que proporcionan beneficios cada vez más escasos.
Como conclusión, para superar la inflación actual, David Cano de Afi aconseja considerar una inversión más arriesgada, recomendando una exposición a la bolsa de al menos un 30%. Los fondos mixtos con un 25%-30% de renta variable pueden ser una alternativa viable frente a las ofertas conservadoras que ya no son efectivas.
