Los deepfakes, videos falsos generados por inteligencia artificial, se han convertido en la herramienta perfecta para llevar a cabo estafas en las redes sociales, especialmente en el ámbito de las criptomonedas. Uno de los casos más recientes involucra a la periodista Marina Ribel de TVE, cuya imagen y voz fueron utilizadas para promocionar una supuesta plataforma de inversión de Repsol a través de un video deepfake que se difundió en Instagram. Esta práctica fraudulent cuenta con una apariencia tan real que resulta cada vez más difícil de identificar, lo que la convierte en una amenaza constante para los usuarios de redes sociales.

Las estafas con deepfakes se han propagado en los últimos meses, utilizando imágenes de celebridades como actores y presentadores para promover inversiones en criptomonedas a través de redes sociales como Twitter. Incluso se han llegado a simular videos con la voz de estas personas recomendando este tipo de inversiones, lo que ha generado un gran impacto en los usuarios y dificulta su detección. Ruth García, técnica de Ciberseguridad para la Ciudadanía del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), advierte sobre la sofisticación creciente de estas estafas, lo que las hace cada vez más peligrosas para los usuarios.

Las redes sociales, especialmente Twitter, se han convertido en el escenario principal para la proliferación de este tipo de estafas, encontrando un terreno fértil tras la falta de moderación en la plataforma. La adquisición de Twitter por parte de Elon Musk ha provocado la destitución masiva de moderadores de contenido, permitiendo el resurgimiento de perfiles expulsados por difusión de bulos o discurso de odio, lo que ha facilitado la difusión de este tipo de contenidos fraudulentos.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha iniciado una investigación sobre la plataforma de Elon Musk por publicidad de entidades fraudulentas, tras detectar la promoción de diferentes estafas a través de la red social. Esta situación ha generado un clima de desconfianza entre los usuarios y ha llevado a reconocidas firmas a suspender o reducir drásticamente su publicidad en la plataforma.

Según Alberto Redondo, jefe del grupo de ciberinteligencia criminal de la Guardia Civil, estas estafas se encuentran en manos de grupos criminales altamente organizados, que utilizan diversas fases para llevar a cabo sus acciones fraudulentas. Desde enganchar a las víctimas a través de promesas de inversión en redes sociales hasta recopilar sus datos para su posterior venta, estos grupos operan de manera sofisticada y seria, dificultando la identificación y persecución de los responsables.

Ante el crecimiento imparable de las estafas con deepfakes, los usuarios deben extremar la precaución al interactuar con contenidos promocionales en redes sociales, especialmente en el área de las criptomonedas, donde cada vez son más frecuentes este tipo de engaños. La concienciación y la ciberseguridad se convierten en herramientas fundamentales para prevenir caer en este tipo de estafas.

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Este artículo ha sido elaborado con base en información proporcionada por «El País».