El ecosistema de emprendimiento juvenil de España demanda una estrategia concreta para su promuevo y apoyo, como facilitar la normativa para
facilitar la creación de empresas por jóvenes, conforme los resultados de la ‘Evaluación del ecosistema de apoyo al emprendimiento inclusivo juvenil en
España’, elaborado por Youth Business Spain, que cuenta con la cooperación del Observatorio del Emprendimiento de España (Red GEM España) y está
cofinanciado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social.

Esta evaluación se ha efectuado mediante la herramienta ‘Better Entrepreneurship Policy’ desarrollada por la Comisión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y refleja
una valoración crítica del desarrollo, inversión y articulación del ecosistema como han coincidido las sesenta entidades, organismos e instituciones de
campo nacional, autonómico y local de España que han participado en ella, como el Instituto de la Juventud (INJUVE), la oficina del Alto comisionado
España Nación Emprendedora, la EOI, la Comunidad de Madrid, el Gobierno de Aragón, la Junta de Castilla y León, el Gobierno de Castilla-La Mancha, los
municipios de Barcelona, Málaga, Santa Cruz de Tenerife o Zaragoza, como la Universidad del País Vasco, la Universidad de Cádiz, la Universidad
de La Laguna, Málaga o Granada, entre otras muchas.

Sara Simón, Directora General de Youth Business Spain, ha señalado a lo largo de la presentación del informe que “hace un año comenzamos este proyecto con el
objetivo de valorar el ecosistema de emprendimiento inclusivo para los jóvenes en España y 12 meses después presentamos soluciones específicas y
eficaces que puedan mejorarlo, mediante un decálogo en el que se fomenta el promuevo del espíritu emprendedor en edades más tempranas, desarrollar
el orgullo emprendedor entre los jóvenes o respaldar las ideas para mentorización de jóvenes en sus trayectos emprendedores, entre otras”.

Los resultados y valoraciones de los especialistas patentizan una insatisfacción con el sistema actual y se demanda una mejora que promueva la cultura del
emprendimiento, los valores y los canales para dar a conocer las distintas ideas. Así, se comprueba un déficit en el análisis detallado de
las necesidades de las personas jóvenes emprendedoras -tanto de los potenciales como de los incipientes-, que se considera un paso anterior indispensable
para poder diseñar con garantías nuevos programas de promuevo y apoyo para este colectivo.

Esta evaluación lanza asimismo una falta de coordinación entre los diferentes agentes y programas del ecosistema de apoyo al emprendimiento juvenil
inclusivo y demanda progresar la articulación del trabajo entre entidades y colectivos en este campo. Pese al creciente número de programas
centrados en emprendimiento juvenil en este país, los especialistas consultados estiman que la oferta global aún no cubre las necesidades de las
diferentes tipologías de jóvenes, singularmente las de los más frágiles, mientras que en ciertas zonas hay una oferta variadísima y diversa.

Guzmán García González, de la Dirección General del Trabajo Autónomo, de la Economía Social y RSE del Ministerio de Trabajo y Economía Social, quien ha
estrenado el encuentro, ha indicado que “la tasa de emprendimiento juvenil europeo prosigue atascada a niveles de hace veinte años y es preciso reconducir
las políticas que impulsen su desarrollo. Estamos en un instante emocionante para impulsar el emprendimiento colectivo entre los más jóvenes. Para ello
es preciso que seamos disruptivos, promover la cooperación público-privada, desarrollar su dimensión local, que la educación emprendedora se integre
en las escuelas, medir su impacto o conocer las necesidades reales de los más jóvenes”.

García González ha puesto como un ejemplo de emprendimiento colectivo, la cooperación público-privada que ha hecho posible la presentación de esta
evaluación del ecosistema de apoyo al emprendimiento inclusivo juvenil en España.

Por su parte, Ana Fernández, presidente del Observatorio de Emprendimiento de España (Red GEM España), ha hecho hincapié en la necesidad como país de
“desarrollar una estrategia nacional de largo alcance de cara al desarrollo del emprendimiento juvenil inclusivo. Si deseamos que sea estratégica se
deben agregar al discute para su construcción las administraciones públicas, las compañías y las universidades, mas asimismo las escuelas con el
objetivo de incorporar un mecanismo de coordinación y colaboración entre los diferentes actores para amoldarla a las necesidades de los jóvenes”.

Durante el encuentro Youth Business Spain ha presentado asimismo #SomosEconomía, la campaña con la que se quiere trasladar a la sociedad la relevancia
que tienen los jóvenes emprendedores y los pequeños negocios para la economía, que en la mayor parte de las ocasiones se impulsan desde el autoempleo y el
microemprendimiento, en un país en el que el noventa y nueve,9% del tejido empresarial lo componen Pymes, que suponen el sesenta y cinco% del PIB y
producen el setenta y cinco% de los puestos. De los prácticamente tres millones de pequeñas y medianas empresas, el noventa y nueve% son microempresas y autónomos.

Esta iniciativa resalta la tarea de Youth Business Spain desde su fundación en dos mil trece. Una década en la que ha ayudado a producir más de tres.000 negocios
creados por microemprendedores con una tasa de supervivencia del ochenta y siete% tras los primeros 5 años. “Si no las cuidamos, si no las resguardamos, la
economía no puede proseguir adelante. Por eso, para nosotros, son pequeños-grandes negocios”, ha asegurado Luis García Deber, presidente de Youth Business
Spain.

El encuentro ha finalizado con el coloquio ‘Retos para el emprendimiento juvenil’, en el que han participado Carlota Corzo, emprendedora, creadora de
‘Lazzaro’; Elsa Arnaiz Chico, presidente de ‘Talento para el futuro’, José Sanchez, responsable de Emprendimiento de la Universidad de Cádiz, Inma
Ramos, directiva de Gaztenpresa de ‘Laboral Kutxa’ y José Alberto Crespo Jareño, de la dirección de la División de Programas de INJUVE, donde se ha
señalado la relevancia de la educación en emprendimiento en edad temprana, la capacitación, el acceso a la financiación para el impulso a los proyectos
y la necesidad de los aprendizajes que los emprendedores pueden compartir de sus descalabros.