La fiebre por los autos eléctricos que empezó hace unos años el fabricante estadounidense Tesla comienza a tomar fuerza en toda América, con EE.UU. como motor de un campo que va a recibir miles y miles de millones de dólares estadounidenses en inversiones en el futuro próximo y las compañías del campo jugándose mucho dinero.

Un informe dado a conocer a inicios de febrero por la firma de análisis ReporLinker estimó que el valor del mercado global de automóviles eléctricos llegó a US$ ciento dos mil ciento setenta millones en dos mil veintidos y que para dos mil veintiseis va a aumentar a US$ doscientos trece mil ochocientos setenta millones.

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En todo el planeta, la adopción de automóviles eléctricos (VE) se acelera. Y si bien China y Europa van por delante hasta el instante, EE.UU. comenzó a recortar las distancias, mas el resto del continente americano está aún lejísimos de otras zonas tanto en niveles de producción como de adopción de la nueva tecnología.

EE.UU. Despierta

El dos mil veintidos fue el mejor año de la historia para los VE en EE.UU. con la venta de unos setecientos cincuenta, un sesenta y cinco% más que en dos mil veintiuno. Con esas cantidades, el cinco,8% de los automóviles nuevos que se vendieron el año pasado en el país fueron eléctricos.

Si se agregan las ventas de automotores híbridos, el número de vehículos electrizados que los estadounidenses adquirieron en dos mil veintidos fue de novecientos dieciocho mil unidades.

Cox Automotive, una de las primordiales firmas de análisis del mercado del vehículo en EE.UU., prevé que en dos mil veintitres las ventas de VE lleguen a un millón de automóviles.

Pero el incremento de la demanda y las ventas no es casualidad.  El Gobierno de Joe Biden está volcado con este campo y desea que para dos mil treinta la mitad de los automóviles que se vendan en el país sean eléctricos.

La Administración ofreciendo US$ ochenta y tres millones en préstamos, subvenciones y ayudas fiscales para la producción de VE y baterías como la instalación de puntos de recarga.

Con estas políticas, EE.UU. desea reducir las emisiones de gases con efecto invernadero del país. Pero Biden asimismo procura que el campo automotriz estadounidense deje de depender de China para la obtención de baterías.

El campo privado ha contestado. Las compañías han anunciado hasta el instante inversiones por US$ doscientos diez millones hasta dos mil treinta, conforme un informe dado a conocer en el primer mes del año por el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC).

Ford lidera el campo con US$ cincuenta millones comprometidos, al paso que General Motors (GM)  destinará US$ treinta millones hasta dos mil treinta para la producción de VE. En esa cantidad se incluyen US$ seiscientos cincuenta millones para explotar el mayor depósito conocido de litio de EE.UU., un metal clave para la producción de baterías.

Y Tesla, la marca que ha capitaneado hasta el momento el despegue del VE en el mundo entero, invertirá hasta dos mil veinticuatro entre US$ seis mil y US$ ocho mil millones, en Alemania y Estados Unidos.

Brasil, a la cabeza en Latinoamérica

Brasil, es el líder en Latinoamérica. Cuenta con una incipiente producción, un mercado local en desarrollo y una flota de ciento veintiseis mil quinientos cuatro automóviles eléctricos e híbridos registrados hasta dos mil veintidos.

Tan solo el año pasado, se inscribieron ocho mil cuatrocientos cuarenta vehículos eléctricos, lo que supone el cero con cuarenta y tres% del mercado, el triple de los datos oficiales de ventas del año precedente.

Sumando los híbridos, las ventas se elevan a cuarenta y nueve y doscientos cuarenta y cinco unidades, el dos% del mercado brasileiro.

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La Asociación Brasileña del Vehículo Eléctrico (ABVE) calcula que las ventas del segmento de eléctricos e híbridos pueden duplicar su cuota de mercado en dos mil veintitres, llegando al cinco% entre los dos tipos.

Actualmente, en Brasil existen dos plantas de montaje de vehículos eléctricos: una de la nipona Toyota y otra de la china Chery.

Además, la asimismo china BYD cuenta con una factoría de buses eléctricos, donde planea generar vehículos desde dos mil veinticinco.

“El potencial (de producción) de Brasil es enorme por su capacidad mineral y energética”, apuntó Adalberto Maluf, presidente de la ABVE y directivo de Sustentabilidad de BYD.

Otra empresa china, Great Wall, asimismo está invirtiendo en una ensambladora y la brasileira Hitech ya monta utilitarios eléctricos de preproducción y prevé iniciar la producción a escala industrial el próximo marzo.

El país asimismo está generando baterías de litio y cuenta con dos fábricas: una de la brasileira Moura, en coalición con distribuidores chinos, y otra de BYD.

Además, hay múltiples proyectos en marcha para incorporar más capacidad de producción de baterías. El más avanzado es el de BorgWarner, que coopera con Mercedes Benz y empezará a dar sus primeras unidades en el primer trimestre.

Argentina, sin apoyo al sector

En Argentina circulan unos diecisiete automóviles híbridos y eléctricos, ocupando aún una porción pequeñísima en un parque automotor de prácticamente quince millones de automóviles. Con todo, en dos mil veintidos se vendieron en Argentina siete mil ochocientos cuarenta y seis automotores híbridos y eléctricos, un 33,4% más que en 2021.

Las grandes automotrices no producen en Argentina estos autos, por lo que el país los importa, en su mayoría, híbridos.

Solo hay un puñado de empresas argentinas que sí fabrican o ensamblan locamente vehículos eléctricos pero son modelos livianos, de tamaño pequeño, homologados mayormente sólo para su uso urbano y con velocidades máximas de 40 a 100 kilómetros por hora.

La producción nacional está liderada por la firma Coradir, que produce los Tito, con 196 unidades vendidas en 2022.

El desarrollo de la movilidad eléctrica en Argentina encuentra limitaciones en factores económicos —altos precios de los vehículos y restricciones para importar componentes principalmente— y de regulación, ya que falta un marco legal para todo el ecosistema.

En 2021, el Gobierno presentó un proyecto para impulsar la movilidad eléctrica, pero su debate parlamentario está demorado.

“La reconversión es compleja. Si no hay apoyo a la industria, la producción estará muy limitada. Y sin ley, no podemos avanzar. Se necesita una política de estado que marque un horizonte para toda la movilidad eléctrica”, dijo el presidente de la Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos, Sergio Álvaro.

México inicia la transición

Pese a la fuerte industria automotriz tradicional de México, que representa cerca del 4% de su producto interior bruto (PIB), el país está rezagado en la producción de vehículos eléctricos.

La venta de eléctricos e híbridos ha crecido de forma progresiva hasta alcanzar el pasado noviembre las 5.772 unidades, un crecimiento del 53% interanual, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

De acuerdo con los datos del mismo organismo, entre enero y noviembre de 2022 este tipo de automóviles supuso el 4,7% de las ventas totales.

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“México es un país propicio por su posición geográfica, pues Estados Unidos es uno de los 3 mercados más grandes de automóviles eléctricos. Y ahora el Gobierno mexicano ha tomado una posición más activa para acelerar la transición eléctrica”, explicó Daniel López, director comercial de la empresa de estaciones de carga eléctrica Evergo.

Con su plan de instalar más de 15.000 estaciones de carga en el país durante los próximos 10 años, Evergo busca seguir la estela de la inversión de US$ 866,1 millones que la alemana BMW anunció este mes en una planta en el centro del país.

Uruguay, país de energía renovable

Aunque no se fabrican automóviles eléctricos en Uruguay, las ventas están aumentando. En este momento, son más de 2.100 los VE que circulan por las calles del país, a los que se suman unos 35 autobuses.

Con más de 90% de la energía del país generada a partir de fuentes renovables, el director nacional de Energía, Fitzgerald Cantero, aseguró que en este momento uno de los desafíos es brindar un mejor servicio a sus propietarios a la hora de cargar.

“Es importante que a nivel de vía pública haya una red sustancial de cargadores”, explicó.

Actualmente, añadió Cantero, hay unos 160 cargadores distribuidos en el territorio uruguayo. El principal problema es que la gran mayoría son de corriente alterna y solo 20 de carga continua.

“Necesitamos tener más cargadores rápidos, como mínimo (situados) cada 200 quilómetros”, asegura Cantero, quien añade que el país ya trabaja en eso.

EFE

Andrea Gomez

San Salvador (El Salvador), 1997. Desde pequeña ha sentido una gran pasión por la escritura y la investigación, lo que la llevó a especializarse en reportajes de impacto social. En su tiempo libre, disfruta de la lectura de novelas históricas y de misterio, y también es una gran amante de la música, especialmente del rock latinoamericano. Además, es una ávida viajera, y ha tenido la oportunidad de visitar algunos países de América Latina y Europa para conocer diferentes culturas y enriquecer su visión del mundo.