El fútbol como puente: Trump pausa sus críticas hacia México y Canadá

El fútbol como puente: Trump pausa sus críticas hacia México y Canadá

Si Washington no hubiera despertado bajo un manto de nieve, el evento que tuvo lugar reciente podría haber sido una metáfora perfecta para el deshielo en las relaciones entre el presidente estadounidense, Donald Trump, la jefa de gobierno mexicana, Claudia Sheinbaum, y el primer ministro canadiense, Mark Carney. Este singular encuentro se produjo en el marco del sorteo del Mundial de fútbol, el cual se celebrará el año próximo en diversas ciudades de estos tres países.

A pesar de los altibajos de su relación, marcado por tensiones desde la firma del T-MEC en los años noventa, este viernes las diferencias fueron pasadas por alto, al menos por un momento, para celebrar la pasión por el fútbol. El evento tuvo lugar en el emblemático Kennedy Center de Washington, un espacio que Trump ha alineado con su agenda de «Hacer a América Grande de Nuevo» (MAGA), donde la política y el deporte se entrelazaron de manera notable.

El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, hizo un guiño a Trump con un premio especial, un gesto que coincidió con la proximidad del Nobel de la Paz, codiciado por el presidente estadounidense. Durante su discurso, Trump expresó su confianza en que el Mundial sería “increíble” y subrayó la colaboración entre los tres países para llevarlo a cabo, aunque de manera algo simplista afirmó haber puesto fin a ocho guerras.

Tras el sorteo, los líderes subieron al escenario, donde Carney proclamó que su cooperación para el Mundial sería «el mejor trato de la historia». Sheinbaum, en un tono optimista, describió a México como un lugar “extraordinario” y una tierra de cultura milenaria. Por su parte, Trump, con cierto humor, se refirió a la confusión generada por la nomenclatura de “soccer” en Estados Unidos frente al «fútbol» que conocemos en otros países.

Tensiones y Desafíos

A pesar del ambiente festivo, las sombras de las tensiones previas no estaban del todo ausentes. La cita se vio marcada por la incertidumbre sobre las parejas que formarían los 48 países clasificados, además de la preocupación por la postura de Trump hacia México, donde recientemente ha intensificado sus críticas y amenazas relacionadas con aranceles y la lucha contra el tráfico de fentanilo. Esta situación ha llevado a Trump a insinuar acciones militares para erradicar el narcotráfico, un tema candente y delicado.

Aunque Sheinbaum ha mantenido una relación cordial con Trump a través de múltiples intercambios, el cara a cara de este viernes fue un verdadero desafío. Ambos líderes tenían planteada una breve reunión para discutir comercio y seguridad, en un momento en que Trump ha impuesto aranceles significativos que afectan a productos clave de México y Canadá. Se esperaba que Sheinbaum ofreciera más información sobre la entrega de delincuentes al país vecino, en una jugada que podría haber sido parte de su estrategia de negociación.

Mientras tanto, Carney ya ha atravesado esta complicada dinámica en el Despacho Oval, donde en su primera visita recordó enfáticamente que “Canadá no está en venta”. Esta actitud ha despertado un renovado nacionalismo en el país y ha hecho que muchos ciudadanos reconsideren sus planes de cruzar la frontera para vacaciones o negocios.

En un giro curioso, Wayne Gretzky, leyenda del hockey y amigo de Trump, fue elegido como representante de Canadá para este sorteo, un hecho que sorprendió a muchos, dado el descontento que ha generado en su país la cercanía de Gretzky con la administración Trump. Así, el evento multifacético sirvió no solo para hablar de fútbol, sino también como un microcosmos de la compleja dinámica política que une y divide a estos tres países.