Cuando todo indicaba que Kevin Hassett se posicionaba como el próximo presidente de la Reserva Federal, su candidatura ha experimentado un revés. Según datos de Polymarket, aunque Hassett aún mantiene un 44% de probabilidades, Kevin Warsh, el exgobernador de la Fed, ha superado la barrera del 48%.
El Juego de Poder en la Fed
En una entrevista reciente, el presidente Donald Trump mencionó que ambos Kevin son considerados excelentes opciones. Warsh, conocido por su postura a favor de mantener las tasas de interés bajas, argumenta que la inflación no es un problema si la economía sigue creciendo y los salarios aumentan. Este enfoque podría influir significativamente en su posible política monetaria.
A la espera de la decisión oficial, que se espera en enero, los mercados ya están respondendo. El dólar ha caído a niveles cercanos a 1,18 euros, mientras que las rentabilidades de la deuda a largo plazo han comenzado a subir, alcanzando un 4,85% en bonos a 30 años, el nivel más alto desde septiembre.
Credibilidad y Confianza en la Fed
La economía muestra que las expectativas sobre recortes de tasas deberían resultar en menores rendimientos de la deuda, pero la situación es más compleja. Los inversores parecen preocuparse más por la credibilidad de la Reserva Federal que por el rumbo inmediato de su política monetaria. En medio de una política comercial errática y las amenazas constantes hacia Jerome Powell, la independencia del banco central se ha vuelto vital para los mercados. Si esta independencia se ve comprometida, los activos estadounidenses, que tradicionalmente son un refugio en momentos de incertidumbre, podrían perder su atractivo.
La era Trump ha definido un ambiente impredecible que complica cualquier pronóstico. Sin embargo, existe una convicción común: el próximo líder de la Fed fomentará condiciones monetarias más flexibles. Aunque tanto Hassett como Warsh comparten esta inclinación, la reputación de la Fed podría quedar más vulnerable bajo el mando de Hassett.
La Estrategia de Hassett
Recientemente, Hassett, buscando no alarmar a los mercados, intentó reconocer la postura de Trump sobre la política económica, indicando que solo sería una de muchas voces consultadas. Consciente de que la independencia de la Reserva Federal es crucial para los inversores en bonos, su objetivo es mantener la calma en un entorno sensible.
Un recorte acelerado de tasas podría desencadenar presiones inflacionarias, complicando la refinanciación de deudas. Según analistas de Vontobel, una pérdida de credibilidad en la Fed obligaría a los inversores a exigir mayores rendimientos por mantener su dinero inmovilizado.
Implicaciones para el Dólar
La incertidumbre sobre la credibilidad de la Reserva Federal también afecta negativamente al dólar. Aunque no ha perdido su dominio global, la falta de independencia de la Fed podría erosionar su posición. En este contexto, el dólar sigue siendo visto como una opción segura por aquellos que buscan protección en tiempos inestables.
Más allá de la sucesión en la Fed, las divisiones internas dentro del comité contribuyen a incrementar la presión en los mercados. Stephen Miran, economista afín a Trump, ha señalado que las políticas actuales son demasiado restrictivas y que «la inflación fantasma» distorsiona la toma de decisiones.
Miran, que cree en mantener tasas de interés bajas, advierte que una póliza excesivamente restrictiva podría resultar en pérdidas de empleo, destacando la necesidad de encontrar un equilibrio en la política monetaria.
La reciente reunión del banco central evidenció estas tensiones, con Miran defendiendo una reducción de tasas más agresiva, de 50 puntos básicos, lo que resalta la creciente incertidumbre que rodea a la Reserva Federal en un entorno económico en constante cambio.
