Un año después de que Donald Trump ganara su segundo mandato como presidente de Estados Unidos, se estrenó The Apprentice, una película que explora su vida y sus controvertidas estrategias. La narrativa se centra en su relación con Roy Cohn, un abogado astuto que dejó una huella indeleble en la mentalidad empresarial de Trump. Según asesores, el legado de Cohn sigue presente en sus decisiones políticas: “Atacar, atacar y atacar”, “No admitir nada, negar siempre” y “Reclamar la victoria, jamás reconocer la derrota” son algunos de los principios que guían su accionar.
Una Visión Mercantilista
La gestión de Trump presenta un enfoque mercantilista hacia el Gobierno, tratando cada política como una oportunidad de negocio. Esto se traduce en decisiones audaces y, a veces, problemáticas, especialmente cuando se trata de relaciones internacionales. Un caso paradigmático es el rescate financiero de hasta 40.000 millones de dólares ofrecido a Argentina, cuyo presidente, Javier Milei, se encuentra en una lucha electoral crítica. Sin embargo, Trump ha condicionado esta ayuda a la victoria de Milei en las elecciones de este domingo. “Si no gana, nos vamos. Si pierde, no seremos generosos”, advirtió Trump recientemente en la Casa Blanca.
Este apoyo ha sido un salvavidas para Milei, quien ha enfrentado pérdidas de respaldo político y dimisiones en su gabinete. Pese a ello, la economía argentina sigue sufriendo, con el peso en caída libre.
Economía como Diplomacia
La relación entre Trump y Milei también pone de relieve cómo Trump utiliza la economía como herramienta de poder. A cambio de apoyo, espera que Milei limite las relaciones con China y ofrezca garantías para el aprovechamiento de los ricos yacimientos de tierras raras en Argentina.
Sin embargo, esta estrategia ha generado descontento entre los agricultores y ganaderos del Medio Oeste. Muchos sienten que la ayuda a Argentina y la venta de soja a China les ha perjudicado, mientras su gobierno parece desatender sus necesidades. Críticas a la frase “América Primero” resuenan entre quienes se sienten dejados de lado por su administración.
Estrategia de Aranceles
Un claro ejemplo de la política agresiva de Trump son los aranceles. El presidente ha admitido que los usa como un arma para negociar otras prioridades. En su intervención, defendió que su enfoque preventivo evitó conflictos armados, usando el comercio como una forma de contención.
Este estilo de negociación se refleja también en su aproximación con otros países como México y Canadá. A cambio de cooperaciones en temas de migración y seguridad, Trump ha utilizado la amenaza de aranceles. De hecho, recientemente aumentó impuestos sobre Colombia, acusando a su presidente, Gustavo Petro, de estar relacionado con actividades narcotraficantes.
Consecuencias Globales
El enfoque de Trump ha tenido repercusiones destacables. Según varios analistas, el uso coercitivo de aranceles se asemeja a las sanciones económicas que EE.UU. ya ha impuesto en otras naciones, generando profundas crisis internas y humanitarias en esos contextos.
Con un enfoque mercantilista también en la política interna, Trump ha amenazado con retirar fondos federales a universidades que no alineen sus políticas con sus ideales conservadores, así como presionado a grandes empresas tecnológicas para que cambien sus estrategias de inversión a favor de sus intereses.
La reciente estrategia de Trump, que utiliza incentivos y sanciones, está marcando una era en la política estadounidense que podría tener consecuencias de largo alcance, tanto a nivel nacional como internacional.
