El Auge de las Armas 3D: ¿Cómo el Gobierno Intenta Controlar esta Tendencia en Crecimiento?

El Auge de las Armas 3D: ¿Cómo el Gobierno Intenta Controlar esta Tendencia en Crecimiento?

Imagina una Uzi de color rosa, una pistola con diseño de piel de leopardo y mira dorada, o un rifle que rememora los videojuegos de Halo. Este es el fascinante mundo de las armas impresas en 3D, donde la creatividad no tiene límites.

Un fenómeno casero ha surgido, permitiendo que personas de todas partes diseñen y fabriquen sus propias armas en casa. Gracias a impresoras 3D, ha florecido una comunidad en línea de entusiastas que no solo comparten sus creaciones, sino que también ofrecen consejos, defendiendo su derecho bajo la Segunda Enmienda. Estos grupos, frecuentemente llamados «3D2A», han encontrado un hogar en plataformas como Facebook y Discord, donde los miembros se apoyan mutuamente en esta singular forma de expresión.

“Si puedes acceder a un libro en la biblioteca sobre cómo fabricar un arma, debería ser igual de fácil hacerlo en línea”, asegura Todd Kelly, fundador del grupo 2A Printing, que cuenta con más de 60,000 miembros. Para él, los diseños son una forma de arte que simboliza la libertad de expresión y la resistencia política. “En nuestra comunidad, luchamos para que nadie impida a otra persona poseer un arma”, afirma.

“Cuando se recopila información a gran escala, se incluye la de aquellos que solo sienten curiosidad”.

— John Davisson, asesor del Centro de Información sobre Privacidad Electrónica

Sin embargo, el movimiento enfrenta obstáculos serios, tanto desde las redes sociales como por parte del gobierno. Muchas veces, los grupos son eliminados por publicaciones relacionadas con la venta de armas, y el Departamento de Justicia se mantiene atento a sus actividades. Por ejemplo, en 2024 se allanó un grupo de Discord llamado 2A Print Depot, donde las autoridades confiscaron datos de sus miembros. La situación es aún más complicada cuando se detecta la presencia de delincuentes entre los usuarios, lo que ha llevado a acusaciones por posesión ilegal de armas impresas.

Las preocupaciones son justificadas, especialmente en un contexto de aumento en los tiroteos en EE. UU. Un incidente notable fue el asesinato de Brian Thompson, CEO de UnitedHealthcare, supuestamente usando una de estas armas conocidas como «fantasmas», que son difíciles de rastrear. La legislación varía; a nivel federal, es legal imprimir un arma para uso personal, pero en varios estados, la creación o distribución de armas sin serializar es delito.

Un esfuerzo por la legalidad

A pesar de la vigilancia, muchos administradores de grupos 3D2A tratan de distanciarse de las actividades ilegales con normas estrictas. Coaliciones como Black Lotus, con más de 20,000 miembros, dictan políticas claras que prohíben el abuso y requieren el cumplimiento de la ley. Gage Moran, fundador de Black Lotus, asegura que filtran a los diseñadores para asegurarse de que entiendan las leyes existentes.

Davisson considera que la acción del gobierno al obtener datos de grupos enteros es una violación de derechos, señalando que muchas personas solo experimentan curiosidad o ejercen su libertad de expresión. “Ese tipo de recopilación es casi excesiva», añade.

A pesar de esto, las plataformas continúan siendo vigiladas. Kelly menciona que muchos de sus grupos son monitoreados por las autoridades. “Siempre asumo que estamos bajo observación. No hay que hacer cosas online si no quieres que la gente sepa», explica.

Lo curioso es que, a pesar de las restricciones, elementos del entorno criminal quiebran la normativa. En un caso reciente, un joven del Ejército fue acusado de enviar piezas de armas impresas en 3D a un colaborador asociado a Al-Qaeda. Este tipo de sucesos pone de relieve cómo la imprenta 3D, aunque innovadora, puede ser utilizada con fines oscuros.

Una sala de debate

El debate sobre la propiedad y producción de armas impresas en 3D sigue vigente. Para los absolutistas de la Segunda Enmienda, los delincuentes no deberían empañar este derecho. “La criminalidad es peligrosa, y debemos estar preparados”, finaliza Kelly. “Una sociedad armada es una sociedad educada”.