Abril marcó un hito cuando Donald Trump anunció aranceles que sacudieron los cimientos de la globalización tal como la conocemos. En agosto, esa medida entró en vigor, y los efectos sobre el comercio fueron innegables. Las exportaciones españolas hacia Estados Unidos sufrieron una caída alarmante del 30,5% en ese mes, mucho más severa que las tendencias anteriores. Este impacto provocó que la influencia de EE. UU. en los envíos españoles al extranjero descendiera del 4,5% en julio al 4% en agosto, con un valor total que ya no supera los 1.000 millones de euros. Para ponerlo en perspectiva, esta cifra es comparable a las exportaciones españolas combinadas hacia Bélgica y Austria, mercados mucho más reducidos.
### La sombra del proteccionismo
Desde agosto, todos los productos europeos exportados a EE. UU. enfrentan un arancel del 15%. Aunque durante las tensiones más intensas Trump llegó a amenazar con un incremento hasta el 50%, el resultado final dejó un alivio parcial al evitar que la situación se tornara aún más crítica. Sin embargo, la política proteccionista ha tenido repercusciones graves en el comercio transatlántico. Las importaciones desde EE. UU. a España también cayeron, registrando un descenso del 15,2% en agosto.
Más allá de la relación con EE. UU., el comercio exterior español vivió un agosto complicado, con una reducción global del 9,3% en las exportaciones. Los envíos hacia Europa disminuyeron un 10,5% y a Asia, excluyendo Oriente Medio, un 4,1%. Especialmente preocupante fue la situación en China, donde las exportaciones se contrajeron un 19,9%, con un peso aún bajo del 2% en términos globales. La situación no mejoró con India, que vio una disminución del 24,3% en las ventas.
### Luz en el horizonte latinoamericano
A pesar de un panorama difícil, América Latina brindó algunas buenas noticias. Las exportaciones españolas a esta región crecieron un 7,7% en agosto, destacando mercados como Panamá, Chile, Honduras, Nicaragua y Haití. Este aumento refleja la avanzada penetración de las empresas españolas en dichos mercados, que ahora representan un 6,4% del total de exportaciones.
También se observaron pequeños incrementos en Oceanía (2,2%) y África (0,8%). Argelia destacó en este último continente, con un incremento del 181% tras la normalización de sus relaciones con España. Este cambio siguió a la crisis que surgió en febrero, cuando España alteró su postura neutral en el conflicto del Sáhara Occidental.
Sin embargo, no todo fueron buenas cifras. Las exportaciones a Francia, el principal socio comercial de España, cayeron un 14,9% en medio de una inestabilidad política persistente. También se registraron descensos notables hacia Bélgica (-21,2%), Israel (-25,3%) e Irlanda, donde las ventas se desplomaron un 76,9%.
Las importaciones, aunque también disminuyeron en agosto, lo hicieron en un porcentaje menor: solo un 4%. Esto provocó que la balanza comercial se sumergiera en números rojos cercanos a los 6.000 millones de euros, un 25% más que el año anterior.
### Estancamiento y crecimiento en 2025
Al observar los primeros ocho meses de 2025, las exportaciones españolas apenas crecieron un 0,3% en comparación con el año pasado, alcanzando los 255.921 millones de euros. Las importaciones, sin embargo, aumentaron un 4,1%, llegando a 291.026 millones. Como resultado, el déficit comercial se amplió un 47,5%, acumulando 35.105 millones de euros.
Los déficits más significativos se dieron con China (26.946 millones), EE. UU. (9.504 millones) y Alemania (6.963 millones), siendo el saldo con Washington el que más creció, un 37%. En contraposición, los mayores superávit fueron con Francia (12.187 millones), Portugal (11.462 millones) y Reino Unido (9.876,8 millones).
El Ministerio de Economía, Comercio y Empresa evitó referirse abiertamente al derrumbe de las exportaciones hacia EE. UU. en agosto. En su declaración, contextualizaron el estancamiento de 2025 dentro de un marco de crecimiento limitado entre sus socios europeos. Compararon el comportamiento de las exportaciones españolas con otras economías relevantes de Europa, como Italia, Francia y Alemania.
A pesar de estos desafíos comerciales, la economía española mantiene un crecimiento robusto, siendo el país avanzado con mayor incremento, con proyecciones que rondan el 3% para este año. Análisis de instituciones como Funcas sugieren que el sector exterior podría restar dos décimas al PIB en este y el próximo año, mientras que la demanda interna se postula como el principal motor económico.
