“Una de estas empresas tiene participación en defensa, un sector en el que también estamos presentes. Contamos con numerosos clientes en este ámbito y, aunque ocupamos un rol secundario, creemos que podemos integrarnos en nuevos consorcios. Todo dependerá de si finalmente concretamos esta adquisición”, afirmó Fernández.
Si bien el directivo no reveló los nombres ni los montos involucrados en las posibles transacciones, mencionó que se trata de empresas que se adaptarían de manera efectiva a Altia, que anticipa cerrar este año con una facturación de 300 millones de euros y proyecta alcanzar los 330 millones en 2026.
De las tres empresas bajo análisis, dos son españolas y una internacional, aunque el presidente no proporcionó más detalles sobre ellas. En cuanto a los plazos, indicó que el proceso de compra relacionada con la empresa de defensa podría extenderse entre cinco y seis meses, aunque se mostró cauteloso al señalar que todavía no hay nada firmado, y la operación podría no concretarse.
Sobre cómo financiaría estas adquisiciones, destacó que Altia prefiere utilizar sus propios recursos, aunque tiene la capacidad de obtener financiación externa si fuera necesario. Con una propiedad familiar que Fernández controla en un 81%, la firma también descarta la posibilidad de una venta o la entrada de un fondo de inversión en su estructura.
Renovación de Marca para un Nuevo Comienzo
En la misma reunión, Altia presentó la renovación de su identidad de marca, un paso significativo tras cumplir 30 años de historia. Con un nuevo lema, ‘Technology for real growth’, la empresa refuerza su compromiso con el crecimiento de sus clientes y de la sociedad en general.
Este cambio en la identidad corporativa responde a la necesidad de reflejar la evolución empresarial de Altia y la integración de nuevas empresas adquiridas a lo largo de los años. “Se busca proyectar una imagen moderna y compartida que atraiga y retenga talento en un mercado altamente competitivo. En esta primera fase del ‘restyling’, se incluyen nuestras empresas insignia en mercados internacionales como Noesis en Portugal y Bilbomática en el norte de la península”, subrayó la firma en un comunicado.
Este año, Altia no solo se enfoca en su nueva imagen, sino que también proyecta alcanzar una facturación de 300 millones de euros, con un beneficio neto estimado de 24 millones, un 57% más que el año anterior. “Nuestra salida a Bolsa en 2010 fue un hito esencial que nos permitió crecer y profesionalizar nuestra estructura, logrando un crecimiento orgánico e inorgánico muy sólido. Tras más de 30 años, estamos muy optimistas, respaldados por una marca renovada y un proyecto empresarial que sigue fortaleciéndose, siempre comprometidos con el crecimiento real de nuestros clientes y empleados”, concluyó Fernández.