OpenAI ha sido centro de atención en el mundo tecnológico recientemente, especialmente por el lanzamiento de ChatGPT-4o, una versión mejorada de su asistente conversacional. Sin embargo, detrás de la aparente innovación y avances tecnológicos, se esconde una controversia sobre las prioridades de la empresa en términos de seguridad y responsabilidad.

Según Jan Leike, ex trabajador de OpenAI y responsable de seguridad de la empresa, existe una discrepancia entre la creación de productos llamativos y la atención a la seguridad. Leike menciona que la empresa estaría dejando de lado aspectos fundamentales en su afán por desarrollar tecnologías novedosas, lo cual ha sido un factor determinante en su decisión de abandonar la compañía.

El cese de Leike se suma a una serie de salidas destacadas en la empresa, incluyendo la de Ilya Sutskever, otro miembro clave en la estructura de OpenAI. Este éxodo de talento en el departamento de seguridad ha levantado interrogantes sobre la filosofía y las prácticas internas de la compañía en relación con la inteligencia artificial.

A pesar de las críticas y controversias, OpenAI continúa su camino de lanzamientos y proyectos ambiciosos. Se espera que en un futuro cercano la empresa lance ChatGPT Search, un motor de búsqueda basado en IA que podría revolucionar el mercado, así como ChatGPT5, la siguiente generación de su herramienta principal. Otros productos como el generador de imágenes Dall-E y el generador de vídeos Sora también están en desarrollo.

Ante el panorama actual y el debate constante sobre los posibles riesgos de la inteligencia artificial, las declaraciones de Leike subrayan la importancia de equilibrar la innovación tecnológica con la seguridad, el impacto social y la ética. Su llamado a que OpenAI redoble sus esfuerzos en estos aspectos clave resuena en un sector que avanza a pasos agigantados hacia la IA avanzada.

La respuesta de Sam Altman, CEO de OpenAI, a las críticas de Leike ha sido receptiva, reconociendo la validez de los puntos planteados y comprometiéndose a mejorar en estos aspectos. La polémica en torno a la empresa sigue abierta, dejando en evidencia los desafíos y responsabilidades que conlleva liderar la vanguardia tecnológica en la era de la inteligencia artificial.

Adrian Cano

Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica. Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales,  es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.