Meta ha reducido significativamente la cantidad de agua que precisará anualmente para aprovisionar el centro de datos que proyecta en Talavera de la Reina, Toledo, un complejo que ocupará ciento noventa y uno hectáreas en el polígono de Torrehierro. Tal y como adelantó Forbes Hispano en el mes de mayo, las primeras cifras incluidas en la memoria técnica del desarrollo charlaban de unas necesidades de más de seiscientos sesenta y cinco millones de litros anuales de agua bebible, que se destinarían primordialmente a refrigerar las legiones de servidores que pueblan este género de infraestructuras. La adenda al proyecto presentada por la tecnológica reduce en un veinticuatro% esa cantidad, que baja hasta los quinientos cuatro millones de litros anuales.

Según fuentes de la compañía, la rebaja del consumo estimado se debe a la aplicación de métodos de enfriado más eficaces. La revisión a la baja del consumo de agua, no obstante, se genera una vez que la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), el organismo que administra las concesiones de agua de la zona, diese un velado toque de atención a Meta. Cuando la Junta de Castilla-La Mancha avisó el registro del proyecto del megacentro de datos de Talavera, la CHT efectuó un informe en el que aporta “sugerencias relativas al impacto ambiental” del plan. En ese documento deja claro que la disponibilidad de agua para Talavera es de siete mil ciento diez millones de litros anuales, de los que seis mil trescientos millones están reservados al abastecimiento urbano e industrial del ayuntamiento. Eso deja ochocientos diez millones de litros libres para otros planes.

El proyecto de Meta contemplaba a consumir seiscientos sesenta y cinco,4 millones, por lo que, de aprobarse así, apenas quedarían ciento cuarenta y cuatro millones libres para cualquier otra actividad. “Eso iba a poner al límite la disponibilidad hídrica de la concesión. La compañía ha bajado a 505 millones por una cuestión de imagen, pero también para que el sistema no pete”, destaca un portavoz de Ecologistas en Acción de Toledo, organización que desde un primer instante estimó que el plan agregaba demasiado agobio a un sistema, el del río Alberche, ya de por sí tensionado.

El informe de la Confederación no afirma explícitamente que Meta deba reducir su consumo, mas deja claro que la concesión tiene capacidad para aprovisionar el proyecto “dentro de los parámetros reflejados en la memoria”, y no más allí. “Las conclusiones de este informe no presuponen la compatibilidad de solicitudes futuras con el Plan Hidrológico de la cuenca”, advierte. Es decir: si aumentara el consumo, no se asegura que pueda salir adelante. También advierte de que Meta va a deber asegurar que sus instalaciones tienen “capacidad suficiente para asumir los nuevos caudales [de agua usada] que se vayan a generar como resultado del proyecto”, y afirma que “deberá evaluarse” si las aguas de refrigeración se derivan a la estación de depuradora de aguas residuales de Talavera o si “podrán ser segregadas para su vertido directo al dominio público hidráulico”.

Avances en la tramitación del proyecto

La corrección en las cantidades de consumo declarado por Meta ha sido bien vista por la Junta, que a inicios de diciembre emitió un informe de impacto ambiental conveniente. Era la última luz verde que precisaba Meta ya antes de presentar formalmente su petición de Proyecto de Singular Interés (PSI), categoría reservada a desarrollos estratégicos y que deja apresurar los trámites burocráticos y dedicar terrenos públicos a actividades privadas. La tecnológica registró la petición del PSI el pasado jueves, conforme confirma la Junta, por lo que próximamente va a salir a información pública y, desde ese instante, se va a abrir un periodo de treinta días para presentar alegaciones. Pasado ese plazo, la Junta aprobará de forma previsible el PSI y el plan de ejecución pertinente elaborado por Meta.

Plano del centro de datos que Meta planea edificar en Talavera de la Reina, Toledo.

El propio presidente de la Junta, Emiliano García-Page, ha señalado en múltiples ocasiones la relevancia del desarrollo que planea Meta. “Hoy es un día D para Talavera. Esta iniciativa supondrá un antes y un después para la ciudad, y eso que está empezando. Va a cambiar el metabolismo social y económico de la comunidad autónoma”, resaltó el pasado veintiuno de marzo, cuando se anunció el proyecto. Según el gobierno castellano-manchego, la infraestructura va a suponer una inyección de unos setecientos cincuenta millones de euros a la zona y empleará a doscientos cincuenta trabajadores de alta cualificación. El de Talavera va a ser el cuarto hipercentro de datos de la compañía en Europa, que ya cuenta con instalaciones en Luleå (Suecia), Clonee (Irlanda) y Odense (Dinamarca).

Los centros de datos son una pieza clave en la infraestructura que vuelve posible la digitalización y, más últimamente, la consolidación de la inteligencia artificial (IA) como tecnología de gran consumo. De ahí que se dispara la demanda de este género de instalaciones. Se trata de grandes naves industriales llenas de servidores y procesadores de alta capacidad (GPU) que marchan día y noche en los que se guardan datos y se efectúan los cálculos computacionales precisos a fin de que el software de móviles, tabletas y ordenadores funcione apropiadamente.

Los datos y la inteligencia artificial toman agua potable

La actividad de esta especie de granjas de computadoras es tan intensa que precisa grandes cantidades de energía (en el caso del proyecto de Meta para Talavera, 248MW). Y, a fin de que no se sobrecalienten los sistemas, deben contar con sistemas de refrigeración, que en su enorme mayoría utilizan agua para rebajar la temperatura (la ventilación eléctrica resulta más cara).

La carrera emprendida por las grandes tecnológicas para ofrecer servicios apoyados en IA ha disparado la actividad de los centros de datos, y a su vez su consumo energético y de agua. El año pasado, coincidiendo con el bum de la IA generativa, Microsoft aumentó su consumo de agua en un treinta y cuatro% y Google en un veinte%, respectivamente.

¿De qué manera de elevado va a ser el consumo de agua del hipercentro de datos de Talavera, conforme con las últimas estimaciones presentadas por Meta? “No es altísimo si lo comparas con otras actividades, pero es muy alto para ser consumo de agua potable, que es la que utiliza el centro”, explican desde Ecologistas en Acción. Los centros de datos acostumbran a utilizar agua limpia por el hecho de que daña mucho menos los sistemas de circulación y recirculación, lo que se traduce en menores costos de mantenimiento de la infraestructura.

“Solo este centro va a consumir casi el 10% de toda el agua de abastecimiento de una zona que tiene unos 70.000 habitantes”, apuntan desde la organización, donde creen asimismo que las nuevas cifras de consumo de agua presentadas por Meta justificaría que la Junta tuviese que efectuar un nuevo informe de impacto ambiental. “No sé si va a poder ser verdad que se baje tanto el consumo dado el aumento de las temperaturas y de demanda datos”, opina por su lado Aurora Gómez, una de las impulsoras de Tu Nube Seca Mi Río, una iniciativa que pretende mentalizar sobre el impacto medioambiental y social de los centros de datos.

“Hemos priorizado en el proyecto la eficiencia en el uso de agua, incluyendo la utilización de tecnología de secado, que requiere una cantidad mínima de agua para las operaciones de enfriado de los sistemas informáticos”, afirman fuentes de Meta. Según la compañía, al haber optado por la tecnología de enfriado del aire, se suprime la necesidad de usar grandes cantidades de agua en el proceso de refrigeración. “Habíamos pensado en otra opción de refrigeración, pero pudimos optar por una solución de refrigeración seca que redujo considerablemente la demanda de agua”.

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