Marc Serramià, un joven investigador de 30 años proveniente de Barcelona, está preocupado por los riesgos que conlleva la rápida expansión de la inteligencia artificial en nuestra sociedad. A través de su trabajo, se ha dedicado a desarrollar técnicas que garanticen que los sistemas de IA respeten los valores humanos y las normas sociales. Este enfoque ético le valió el reconocimiento de la Sociedad Científica Informática de España y la Fundación BBVA, que premian a investigadores jóvenes con tesis innovadoras.

Serramià compara su labor en el campo de la IA con la regulación del tráfico, argumentando que al igual que existen normas viales para proteger la vida de los conductores, es necesario establecer límites éticos en el desarrollo de la inteligencia artificial.

En una entrevista, Marc Serramià destaca la importancia de abordar los riesgos de la IA con seriedad, equiparándolos a la emergencia climática. Señala que, al igual que en la industria farmacéutica, es fundamental evaluar los posibles efectos secundarios de los algoritmos de IA, especialmente en temas como la privacidad.

Serramià recibiendo premio de la Sociedad Científica Informática de España y la Fundación BBVA

Además de la privacidad, Serramià menciona otros desafíos éticos de la IA, como los problemas surgidos con altavoces inteligentes y advierte sobre el peligro potencial de las armas autónomas. En relación a este último punto, destaca la necesidad de regular y certificar el desarrollo de tecnologías en este ámbito, para evitar consecuencias impredecibles.

El investigador aboga por una IA ética y transparente, proponiendo el uso de la inteligencia artificial para mejorar procesos democráticos como los presupuestos participativos. Su objetivo es reducir sesgos en la toma de decisiones y garantizar una representación equitativa de la población.

En cuanto a la IA generativa, como ChatGPT, Serramià enfatiza la importancia de concienciar sobre su funcionamiento y limitaciones. Advierte sobre los riesgos de confiar ciegamente en herramientas de este tipo, ya que podrían suponer la pérdida de conocimiento humano y plantear dilemas éticos importantes.

En conclusión, Marc Serramià aboga por un enfoque responsable y ético en el desarrollo y uso de la inteligencia artificial. Destaca la necesidad de regulaciones claras y certificaciones en el campo de la IA, así como la importancia de la concienciación de la sociedad para promover prácticas más seguras y éticas en este ámbito en constante evolución.