La industria ha sido conocida por su alto consumo de recursos y su impacto negativo en el medio ambiente, pero gracias a la visión de Valeriano Ruiz, un destacado físico y catedrático de termodinámica de la Universidad de Sevilla, hoy vemos un cambio significativo. Hace cinco años, Ruiz planteó la posibilidad de convertir una fábrica en un centro energéticamente independiente, sin emisiones de CO₂ y con la capacidad de devolver a la naturaleza el equivalente al suministro utilizado.

Hoy en día, su propuesta se ha convertido en una realidad gracias a la instalación de la mayor planta termosolar industrial de Europa por parte de la compañía Engie en la fábrica de cerveza de la multinacional Heineken en Sevilla.

Un paso hacia la sostenibilidad

Estas instalaciones termosolares, que ocupan ocho hectáreas de los terrenos de la factoría, han logrado reducir significativamente el consumo de gas fósil para la energía térmica necesaria en el proceso de elaboración, representando el 65% de la demanda de energía. Se espera que esta cifra aumente al 85% en el transcurso de este año.

La estrategia de la compañía difiere de otras en el sentido de que no se limita a comprar energía adicional procedente de fuentes renovables para compensar sus balances de emisiones, sino que busca reducir el uso de fuentes contaminantes en su proceso de producción.

Vista de algunos de los paneles de la planta termosolar de uso industrial más grande de Europa, este martes.

Este enfoque ha llevado a la instalación de ocho hectáreas de espejos parabólicos que concentran la luz solar en un captador central, el cual contiene agua en lugar de aceite sintético, como se encuentra en las instalaciones de generación eléctrica por este sistema. Esta agua alcanza los 210 grados y se utiliza para cocción y pasteurización, reduciendo así la dependencia de fuentes contaminantes.

Además, la planta cuenta con un sistema de almacenamiento de agua caliente que le permite aprovechar la energía termosolar generada durante las horas de radiación solar y mantener su funcionamiento durante la noche o en días sin sol.

Impacto medioambiental positivo

Este proyecto no solo busca reducir el impacto ambiental a través de la generación de energía limpia, sino que también se enfoca en la gestión sostenible del agua. La fábrica de Sevilla ha logrado reducir significativamente su consumo de agua, un recurso vital para la producción de cerveza, y se ha centrado en la recuperación de millones de litros de agua a través de la restauración de espacios naturales dañados por la actividad humana.

La implementación de estas iniciativas sostenibles ha sido un logro destacado, y la compañía planea replicar este modelo en su planta en Valencia.

Este ambicioso proyecto no solo demuestra que la sostenibilidad es rentable, sino que también establece un modelo tecnológico y medioambiental para otras industrias que buscan reducir su impacto en el planeta. La visión de Valeriano Ruiz ha dejado un legado duradero en el campo de las energías limpias y la sostenibilidad industrial.