La Audiencia Nacional ha tomado la decisión de absolver a un joven que había sido acusado de desórdenes públicos después de enviar un mensaje en el año 2022, minutos antes de embarcar en un vuelo con destino a Menorca, en el que realizaba una broma sobre volar el avión. El mensaje fue enviado a un grupo privado de la plataforma Snapchat que compartía con seis amigos, y fue interceptado por las autoridades, lo que desencadenó que un avión de combate del Ejército lo escoltara hasta su destino. El Ministerio de Defensa reclamaba una indemnización de 94.782 euros por los costos asociados a la movilización de la aeronave militar, un Eurofighter.

En la sentencia, el juez central de lo Penal de la Audiencia Nacional, José Manuel Fernández Prieto, detalla que el acusado, Aditya Verma, de 19 años, envió el mensaje en el que aparecía una fotografía suya junto con un texto en inglés que mencionaba: “De camino a volar el avión (soy miembro de los talibanes)”. El avión, en el que viajaba el acusado, sobrevolaba el espacio aéreo francés cuando el mensaje fue captado por los mecanismos de seguridad del Reino Unido, lo que llevó a que se notificara a las autoridades españolas para que escoltaran el vuelo comercial hasta Menorca.

Una vez en tierra, se determinó que la supuesta amenaza no era real, ya que no se encontraron explosivos ni ningún objeto que confirmara la veracidad de la advertencia. Según el juez, la actuación del acusado no puede ser considerada como un delito, ya que “no se revela ni se infiere remotamente una intención de provocar la movilización del avión del Ejército, ni de cualquier otro servicio de Policía, asistencia o salvamento”. Añade que el mensaje y la fotografía no fueron enviados a ningún organismo oficial ni se le dio publicidad alguna, sino que se realizaron en un ámbito estrictamente privado, entre el acusado y sus amigos con los que volaba, a través de un grupo al que solo ellos tenían acceso.

El magistrado señala que el acusado no podía suponer que la broma que les hacía a sus amigos pudiera ser interceptada o detectada por los servicios británicos, ni por terceros ajenos al grupo que recibieron el mensaje. También menciona que no se tiene evidencia de cómo los servicios británicos accedieron a la fotografía y al mensaje, ya que esto no fue objeto de prueba en el juicio. Además, hace hincapié en que no se atribuye al acusado la intención de movilizar los servicios mencionados, e incluso sugiere que quizás fue uno de sus amigos quien filtró el mensaje, en cuyo caso, sería ese tercero el responsable, no el acusado.

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Adrian Cano

Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica. Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales,  es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.