La periodista tecnológica Taylor Lorenz ha dado un giro revelador al enfoque de la fama en internet con su libro «Extremely Online». En él, Lorenz destaca la evolución de la influencia en la era digital y la importancia de los creadores de contenido en plataformas como TikTok y Instagram.

Según Lorenz, las raíces de la actual cultura influencer se remontan a figuras como Paris Hilton, quien desempeñó un papel crucial en popularizar la monetización de la fama. Además, la autora resalta que las mujeres, especialmente las madres blogueras, fueron pioneras en este campo, impulsadas por la exclusión del mercado laboral y la falta de representación en los medios tradicionales.

La construcción de contenido ha revolucionado la relación entre celebridades y su audiencia, proporcionando una conexión más estrecha y bidireccional. A diferencia de las estrellas de Hollywood, los influencers buscan una interacción continua y directa con sus seguidores, lo que ha elevado las expectativas sobre la disponibilidad y receptividad de las nuevas figuras públicas.

No obstante, este protagonismo no está exento de desafíos. La competencia es feroz, el talento es abundante y el control de las plataformas digitales es una preocupación constante para los creadores de contenido. Ante este panorama, diversificar su presencia en distintas plataformas se vuelve fundamental para garantizar su independencia y estabilidad laboral.

De acuerdo con Lorenz, el auge de los influencers ha transformado la percepción del trabajo en el entretenimiento digital, demostrando que la creación de contenido es una empresa seria que abarca múltiples roles, desde la producción hasta la interacción con la audiencia.

En cuanto a las plataformas dominantes, TikTok y YouTube lideran la carrera, cada una con sus particularidades en cuanto a alcance de audiencia y oportunidades de monetización a largo plazo. Sin embargo, Lorenz advierte sobre la dificultad de surgir en un mercado digital saturado y la implacable competencia que define esta industria.

Finalmente, la autora plantea la inevitable integración entre el mundo real y el digital, ilustrada por su análisis sobre el asalto al Capitolio de Estados Unidos, en el cual el papel de los creadores de contenido fue fundamental para la generación de contenido en línea.

En cuanto al futuro, Lorenz vislumbra la posibilidad de que un presidente «tiktoker» surja en algún momento, evidenciando el impacto creciente de internet en la esfera política. A pesar de este panorama, la autora defiende la relevancia de los medios tradicionales y la importancia de preservar el periodismo basado en la integridad y la calidad del contenido.

En resumen, el libro de Taylor Lorenz ofrece una mirada reveladora sobre la evolución del influencerismo, destacando el papel fundamental de las mujeres y la influencia en la construcción de este nuevo paradigma de la fama en la era digital.

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