En España, las pequeñas y medianas empresas (pymes) tienen un papel fundamental en el tejido empresarial, representando el 99,8% de las empresas del país y generando el 62,1% del empleo en el sector empresarial, según datos de Funcas.
En la Unión Europea, las pymes también desempeñan un rol destacado, ya que representan el 99,8% de las empresas activas y emplean al 64,4% de los trabajadores en el sector empresarial, de acuerdo con el informe anual de la Comisión Europea.
Sin embargo, al comparar la contribución de las diferentes clases de pymes al empleo y al valor añadido en España con otros países europeos, como los Países Bajos, se observan diferencias significativas. En el caso neerlandés, las empresas medianas tienen una mayor contribución al empleo y al valor añadido en comparación con las empresas medianas españolas.
Asimismo, en los Países Bajos, más de la mitad de las pymes pertenecen a sectores intensivos en conocimiento o tecnología, mientras que en España el porcentaje es menor. Esto refleja la importancia de la especialización sectorial de las pymes en la generación de empleo y valor añadido.
En España, junto con Portugal y Bulgaria, se observa un mayor peso de las pymes en sectores poco intensivos en conocimiento o tecnología, en comparación con sectores más innovadores. Esta situación plantea desafíos en términos de productividad para las pymes españolas, especialmente en un contexto económico alcista.
A pesar de los retos en materia de productividad, las pymes siguen siendo motores económicos clave, produciendo bienes y servicios para la población y generando empleo. Su papel es fundamental en la economía del país, la prosperidad de sus ciudadanos y la financiación de los servicios públicos.
Es importante reconocer el papel de las pymes como impulsores del empleo y la economía, y tenerlas presentes en el imaginario colectivo en lugar de focalizarse únicamente en las grandes empresas. Su fortalecimiento es esencial para el crecimiento sostenible y el bienestar social en España.