La dicha es un propósito que vale la pena y por el que semeja pelear la mayor parte de la gente. Pero, de manera contraria a lo que se acostumbra a pensar, no se logra persiguiéndola por el hecho de que sí, centrándose en uno mismo o alcanzando los logros tradicionales.
En realidad, la dicha procede de algo más que eso, y uno de sus primordiales orígenes es un sentido de propósito.
La dicha es esencial por el hecho de que hace sentir bien, mas asimismo por el hecho de que contribuye a prosperar la salud física y mental. Está relacionada con una mayor satisfacción con la vida y con una mayor capacidad de contribuir a la comunidad.
Entonces, ¿qué relevancia tiene el propósito en la ecuación de la dicha?
El vínculo entre el propósito y la felicidad
El propósito contribuye a la felicidad: cuando los participantes en una investigación tenían un mayor sentido del propósito, tendían a sentir más emociones positivas, específicamente satisfacción, relajación, entusiasmo y alegría. Y se sentían menos airados, deseoso, perezosos o tristes. También manifestaron mayor satisfacción con la vida y bienestar general. Así se desprende de un nuevo estudio de Kaylin Ratner publicado en la gaceta Journal of Happiness Studies.
Muchos otros estudios han relacionado el propósito con todo género de beneficios, desde la reducción de la mortalidad y la incidencia de enfermedades cardiovasculares hasta la minoración de la soledad. Un mayor propósito asimismo se relacionó con mejores resultados para las empresas, como el desarrollo, la expansión del mercado y el éxito en el lanzamiento de productos. Los empleados asimismo percibieron los beneficios de los ambientes de trabajo más orientados a un propósito en concepto de sentir que el trabajo tenía más sentido, sentirse más felices y ser más productivos.
El propósito no es tan grande
El inconveniente con el propósito es que puede estar cargado de presión. Una creencia extendida es que el propósito se fundamenta en abordar inconvenientes enormes como el apetito en el planeta o la paz mundial. Y si bien se trata de objetivos fantásticos (merced a quienes trabajan para lograrlos), asimismo tiene sentido levantarse cada mañana y dar lo mejor de uno mismo, aportando el talento y las habilidades que le son propias.
El propósito no tiene por qué conseguirse con grandes cosas. Su relevancia se encuentra en el trabajo que haces por tu familia, tus amigos, tu equipo o tu comunidad, sea como sea.
Por qué es tan esencial el propósito
El propósito está relacionado con la dicha por múltiples razones, y estas sugieren de qué forma ser más feliz día a día con un sentido mayor de significado.
1. El propósito te centra
El propósito da un esencial sentido de enfoque en lo que puede ser un planeta embrollado. Hay un diluvio diario de información de muchas fuentes a la vez, y la atención se ha transformado en uno de los recursos más escasos. Sin embargo, un sentido de propósito puede centrarnos, dándonos una razón para nuestras acciones.
Tal vez asistas a tu trabajo día a día para sostener a tus hijos o crear una vida estable para ti y tu pareja. O es posible que seas agente de compras y las piezas que adquieras se destinen a la fabricación de andadores para ancianos, que les dan movilidad y calidad de vida. Tal vez seas un especialista fiscal y prepares declaraciones para clientes del servicio que, de otra forma, se sentirían apabullados por el proceso por sí mismos. Todas estas son formas significativas de aportar tus habilidades a el resto.
A pesar de todo el estruendos, puedes emplear el propósito para centrarte –recordándote a ti por qué te levantas cada mañana– en sostener a tu familia, marcar la diferencia para tus compañeros de equipo o respaldar a tus clientes del servicio.
2. El propósito te fundamenta
La sensación de sorprendo se ha relacionado con la dicha. El sorprendo es la sensación de estar en presencia de algo más grande que uno mismo. Estás en la playa y te impresiona el romper de las olas, o contemplas una puesta de sol y te sientes inspirado. Tal vez estás en la cima de una montaña y te conmueve la vista, o el sonido de la risa de un pequeño te da esperanza. Todo esto te afecta reduciendo el flujo sanguíneo a la una parte de tu cerebro que está pendiente de ti y de de qué forma te perciben. Tiendes a sentirte pequeño en frente de cosas que son grandes, y esto puede darte una sensación de liberación y felicidad.
El propósito asimismo puede hacerlo. Sientes que el trabajo que haces le importa a alguien y que tu pequeña una parte de algo tiene un significado, y te sientes capacitado para actuar. Trabajas en la cola de la cafetería de una universidad y te comunicas con los estudiantes día a día, ayudándoles a sentirse atendidos y proporcionándoles una piedra angular para su bienestar. Resuelves un inconveniente con un cliente del servicio que está enfadado y le ayudas a reducir su agobio. Te das cuenta de que tu compañero de equipo tiene contrariedades con un proyecto y te ofreces a guiarle a través del nuevo sistema a fin de que pueda finalizar su trabajo y regresar a casa con su familia a tiempo.
Para hallar la dicha con un objetivo, piensa en lo que importa generalmente y en de qué forma tu función puede marcar la diferencia para el resto.
3. El propósito te conecta
Sentirse desconectado socialmente es uno de los caminos más veloces cara la depresión, la ansiedad y otros problemas médicos mental. También es un camino seguro cara problemas médicos física. Pero la dicha está vinculada a sentirse una parte de una comunidad, y asimismo lo está el propósito.
Las personas se sienten más motivadas cuando su trabajo es esencial para el resto. El objetivo corporativo de medrar un quince% al año o la meta organizativo de penetrar en nuevos mercados son frecuentes, mas lo que verdaderamente motiva y compromete a las personas es la claridad sobre de qué forma el desarrollo corporativo o la penetración en el mercado van a ayudar a la comunidad. Quizá el nuevo producto asista a las madres a prosperar la calidad de vida de sus hijos o reúna a los amigos de nuevas formas. Tal vez el servicio que ofrece tu organización facilite de alguna manera la vida a una población con contrariedades. El propósito está relacionado con las personas y con de qué forma marcas la diferencia para los demás mediante la cadena de valor de tu trabajo.
Piensa en de qué forma tu trabajo sirve a el resto, de qué forma contribuye a tu equipo o a tu cliente del servicio. Haz que tu propósito sea personal y va a ser más eficiente para contribuir asimismo a la dicha.
El poder del propósito
Es un mito que la dicha sea un estado incesante. En realidad, fluye y fluye: tendrás días buenos y días malos, mas pueden ser parte de una vida en la que sientas una sensación general de alegría y satisfacción. Y el propósito asimismo es así: ciertos días puedes sentirte más útil y otros más transaccional.
Pero hazlo lo mejor que puedas, coopera y ten presente a el resto. Todo ello contribuirá no solo a tu dicha, sino más bien asimismo, con total seguridad, a la consecución de objetivos dignos de la comunidad.
San Salvador (El Salvador), 1997. Desde pequeña ha sentido una gran pasión por la escritura y la investigación, lo que la llevó a especializarse en reportajes de impacto social. En su tiempo libre, disfruta de la lectura de novelas históricas y de misterio, y también es una gran amante de la música, especialmente del rock latinoamericano. Además, es una ávida viajera, y ha tenido la oportunidad de visitar algunos países de América Latina y Europa para conocer diferentes culturas y enriquecer su visión del mundo.