Con retrasos de cerca de una hora debido a las huelgas contra la reforma del sistema de pensiones en Francia, los vuelos que han traído a Ginebra a cronistas, clientes del servicio y directivos de marcas relojeras han transformado al aeropuerto de la urbe en un enjambre de personas. Representantes españoles de las primordiales firmas como Rolex, Cartier, Patek Philippe, Tag Heuer y Hublot se saludaban afectuosamente en aeroplanos atestados sin dar muestras de rivalidad laboral. Medio centenar de marcas de gama alta van a exponer sus novedades en la feria comercial Watches & Wonders que empieza hoy, y que supone el acontecimiento anual más grande e influyente del ámbito. Además de las citadas, Jaeger-LeCoultre, Ulysse Nardin, Hermès, Grand Seiko, Panerai y Oris, entre otras muchas.

Son once más que el año pasado, aunque prosiguen sin estar presentes las marcas del conjunto Swatch (Omega, Longines, etc.), por servirnos de un ejemplo. Pero el encuentro va a ser una enorme ocasión para tomar el pulso a la industria relojera, que disfruta de buenísima salud tras un dos mil veintidos de récord para muchas enseñas.

Aquí es donde Rolex va a desvelar sus piezas para este año. Son las que más expectación levantan y las que más ríos de tinta y artículo digitales hacen correr. Y, si bien muchos especulan con que va a haber un ejemplar de titanio (específicamente, el modelo Sea-Dweller) y un Explorer de oro amarillo de treinta y seis mm con esfera blanca, hasta mañana por la mañana no se va a saber precisamente qué hay nuevamente en la compañía de relojes líder.

Mientras, ciertos aprovechan la presencia de cronistas de todo el planeta para atraer la atención cara lo propio. No lejísimos de Ginebra, en Givrins, el líder del marketing relojero Jean-Claude Biver, que lo ha sido todo en la industria (entre otros muchos cargos, ocupó el de presidente de la división de relojes de LVMH, que incluye a Tag Heuer, Hublot y Zenith), ha reunido a un conjunto de coleccionistas e influyentes del ámbito para presentarles el primer modelo de Biver, la nueva marca que ha desarrollado al lado de su hijo Pierre, de veintidos años. El Carillon Tourbillon Biver, increíble, va a tener un costo desde quinientos cincuenta dólares estadounidenses.

Y hablando de cifras exorbitantes, esta tarde la firma Jacob & Co. va a enseñar el reloj más costoso del mundo. Un buen reclamo para asegurarse que todas y cada una de las miradas están puestas en ella. Atentos a nuestro próximo artículo pues vamos a dar cuenta de este pomposo récord.