Pedro Antonio Gil es un abogado y economista con una extensa experiencia en el mundo jurídico de los negocios. Su compromiso con el desarrollo del ecosistema emprendedor en España, y en particular en Valencia, ha sido fundamental a lo largo de su carrera.

Durante 24 años, trabajó en Cuatrecasas en Barcelona y Valencia, enfocándose en el ámbito mercantil y fiscal. Esta trayectoria sentó las bases para la creación de su propio despacho, Pedro Gil Abogados, hace poco más de dos años.

Su profundo conocimiento de los desafíos que enfrentan los emprendedores lo llevó a convertirse en inversor y business angel. Ha disfrutado del crecimiento de numerosos proyectos en los que ha participado.

Su asociación con BIG BAN Inversores en 2008 fue un punto de inflexión en su incursión en el ámbito emprendedor. Esta experiencia lo llevó a involucrarse activamente en la creación de vehículos de coinversión, centrándose en el ámbito de business angels.

Según Gil, la creatividad fue fundamental para impulsar un incipiente ecosistema emprendedor en medio de una crisis económica global sin precedentes.

Gil destaca la importancia de la creatividad y la pasión por ver crecer los proyectos desde su inicio. Su participación en el lanzamiento de aproximadamente 21 vehículos de coinversión a través de BIG BAN Angels ha generado una cantidad significativa de capital a lo largo de 13 años.

En la actualidad, está enfocado en replicar la fórmula del capital riesgo para agilizar la entrada y salida de inversores en proyectos emprendedores.

Entre sus proyectos destacados se encuentra Fourvenues, una startup lanzada por sus propios alumnos, a la que se siente especialmente vinculado. Además, ha participado en fintech como Logic Value y B-Pay Technologies, así como en empresas sostenibles y en el ámbito del freestyle y el Hip Hop.

Para Gil, la colaboración con otros inversores en fases tempranas es enriquecedora y le permite ampliar su perspectiva.

Destaca la importancia de evaluar el factor personal y el impulso del proyecto al tomar decisiones de inversión en startups incipientes.

El ecosistema emprendedor ha evolucionado considerablemente, lo que ha llevado a un cambio en las dinámicas de inversión y a la necesidad de desarrollar nuevas estructuras de coinversión adaptadas a las startups y business angels.

Gil considera que la Ley de Startups ha supuesto un avance para el ecosistema emprendedor, pero aún plantea retos que deberán abordarse en el futuro, especialmente en lo referente a las stock options y la definición de startups.

Su amplia experiencia en el ámbito jurídico y su capacidad para encontrar soluciones creativas donde el derecho no alcanza han sido fundamentales para su contribución al crecimiento de las startups desde sus etapas iniciales.