Hay espacios que traspasan los muros de hormigón con que se levantaron. Se llenan de ideas, experiencias, ilusiones… casi podríamos decir que tiene ánima. O chispa. Porque si charlamos de innovación, tecnología y disrupción, es exactamente esa frágil descarga lumínica la que ha marcado la diferencia en el ecosistema emprendedor que se ha iluminado desde dos mil diecisiete bajo la marca de TheCUBE.
Cuatro personas llegaron a aquel edificio a las afueras de Madrid de cuatro mil quinientos metros cuadrados hace 6 años con grandes esperanzas de gestar en España un hub de innovación que impulsase riqueza y progreso a imagen y similitud de lo que ya se había conseguido de manera exitosa en otras unas partes del planeta como Boston.
«Nos pareció un lugar enorme. Éramos solo cuatro. Pero queríamos crear aquí en Madrid una región empresarial, un ecosistema de innovación que unieran a todos los agentes desde la startup a la corporate, pasando por el capital, la formación…», reconoce con una mezcla de añoranza y orgullo a D+I Alberto Rodríguez de Lama, cofundador y presidente de TheCUBE.
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Aquellos cuatro mil quinientos metros cuadrados se han acabado quedando pequeños. De hecho, TheCUBE ha tenido ya que emplear desde la cuarta planta del edificio al garaje. Sí, ese espacio tan intrínsecamente unido al emprendimiento de Silicon Valley que, en un caso así y aterrizado en este país, sostiene el espíritu de aquellas start-ups mas con un término considerablemente más pulimentado y renovado.
«El nuevo Amazon o Google saldrá de este garaje», predice Andres Haddad, CEO de TheCUBE, mientras que muestra en una visita virtual a D+I estas nuevas instalaciones del edificio, estrenadas hace tan solo un par de semanas.
También su escuela de formación -el proyecto educativo de TheCUBE con el foco puesto en el conocimiento técnico es otra de las señas de la casa- va a salir pronto de ese edificio simbólico y va a poner con rumbo a una localización más próxima al centro de Madrid, conforme explican a D+I.
Mucho ha llovido desde aquel dos mil diecisiete en que el hub de innovación echó a caminar y, en este tiempo, ha experimentado un proceso de maduración y desarrollo similar al que ha vivido el conjunto del emprendimiento de España.
Antes de la pandemia, unas veinte personas pasaban por estas dependencias al año, cifra que los modelos híbridos y virtuales en la celebración de acontecimientos que aceleraron con la pandemia han multiplicado por dos.
Y es que la pandemia supuso un punto de inflexión en el proyecto. «Necesitábamos mantener esa chispa y vimos la oportunidad. Era un momento en que las corporaciones necesitaban de la innovación de las startups, y ellas necesitan acercarse a la infraestructura, a los recursos de la corporación», recuerda Andres Haddad.
En sitio de echar el freno, TheCUBE aceleró y, la descarga lumínica que mentábamos al comienzo, devino -prácticamente- en eléctrica. En plena crisis sanitaria, en la fase más dura del confinamiento, el hub empezó a captar clientes del servicio que jamás habían trabajado con ellos.
Segundo ‘hub’ en Cádiz
De hecho, su ‘chispa’ se ha vuelto más reluciente con los años hasta, hoy en día, rebasar los muros del edificio en su busca por mandar nuevos destellos a otros horizontes.
La primera parada ha sido Azahara de los Atunes, donde se ha habilitado ya un segundo hub, considerablemente más concebido para promover la reflexión y la generación de ideas entre start-ups, con un ambiente natural único que invita a ello, lejos de las grandes ciudades. «En Madrid llevamos a cabo la ejecución, pero en Cádiz nos centramos más en la fase creativa, en la inspiración«, explica el CEO.
Su vocación expansiva este año no se queda acá. TheCUBE ya ha fijado entre sus objetivos el mercado de Latinoamérica. «Queremos abrir nuestras fronteras y empezar a probar en ese mercado; y tenemos dos geografías que nos gustaría abrir en un plazo de ocho meses», anuncia Haddad.
En un planeta cada días un poco más global e interconectado es una evolución natural de su propuesta de innovación y disrupción. De hecho, a lo largo de este año otro punto de atención va a ser proseguir impulsando su faceta como venture corporate building, para dar sitio a start-ups que mejoren la manera en que las grandes corporaciones se relacionan con sus clientes del servicio.
Potenciar la relación ‘startup-corporate’
Experiencia no les falta para esto. De hecho, trabajan con grandes empresas como P&G, Enel, Mercedez-Benz, Nestlé, Pfizer, Uber -el hub madrileño cobija la sede de la compañía en el sur de Europa-, Mahou, Pelayo, Bonduelle, Ferrovial, Saint Gobain, entre otros muchos.
No solo conocen las necesidades de las grandes empresas, sino más bien asimismo de aquellas que dan sus primeros pasos.
Desde dos mil diecisiete, TheCUBE ha lanzado diecisiete startups, entre aquéllas que se hallan Perfi.ai experta en el peritaje de automóviles mediante IA-, Dynameat -administración de costes activos y personalización inteligente de la carta en tiempo real y conforme demanda para una mejora de la rentabilidad- o Mioti -centro de capacitación de Data Science y Nuevas Tecnologías-, entre otras muchas.
En esta nueva etapa, el hub asimismo cuenta con el conocimiento generado como colaborador del MIT y creador del Martin Trust Center for MIT Entrepreneurship, aparte de ser miembro creador del Madrid Innovation Driven Ecosystem (MIDE).
De ahí que regresar a fortalecer desde un garaje -sí, uno plenamente pertrechado con las últimas tecnologías, mas garaje al fin y al postre- un nuevo término de innovación no deja de tener su vena poética.
Y es que en un instante en que el emprendimiento lucha por captar el mejor talento, TheCUBE desea proseguir siendo un agente protagonista dentro y fuera de nuestras fronteras.
Cada vez hay más jóvenes que contemplan el emprendimiento como primera opción laboral; eso es una semilla a largo plazo
«Cada vez hay más jóvenes que contemplan ya el emprendimiento como primera opción laboral y bien ponen en marcha su propio proyecto o están en el equipo fundador. Eso es una semilla a largo plazo», señala Alberto Rodríguez de Lama, presidente de TheCUBE.
«Hay tantos desarrollos tecnológicos por acometer en tecnologías que parecían nuevas y están ya maduras… las necesidades de las empresas ya ni siquiera se llenan por abajo y luego se cambian. Y lo sufren también las grandes tecnológicas», agrega el cofundador.
Esa fue exactamente una de las razones por las cuales TheCUBE puso en marcha en su día una escuela de tecnología. «Hay muchísima demanda de perfiles muy cualificados, en inteligencia artificial, en Internet de las Cosas (IoT)…, hay mucha automatización, y las empresas tienen déficits de ciertos profesionales en materias como la ciberseguridad, etc».
Para una start-up, a juicio de Rodríguez de Lama, «la situación es igual». «Pero ahora el talento va primero. ¿Puede ser que el próximo unicornio tenga solo tres personas?, como leía recientemente en una opinión -se pregunta el cofundador-«. «Podría. Lo que sí es seguro es que el talento va a ser el bien más precioso y ya ha reemplazado al dinero«.
A lo que solo cabría añadir: «da igual donde se cree: en la cuarta planta de un edificio de 4.500 metros cuadrados, en un garaje, a un lado o a otro del ‘charco». Allí donde la ‘chispa’ -emprendedora- llegue.
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