El concepto ‘innovación abierta’ salpica las conversaciones y presentaciones que versan sobre tecnología. Un término que está en el día a día de las startups, pero cada vez está más presente en la actualidad de las empresas, de todo tipo y tamaño.
En el ecosistema innovador venimos reclamando esta colaboración entre startups y corporaciones como aspecto indispensable para fomentar la innovación y una economía competitiva. Las grandes compañías llevan ya algunos años desarrollando esta estrategia y siendo actores destacados en los eventos tecnológicos en los que se potencia esta cooperación.
Podría parecer por ello que esté generalizada la innovación abierta en el tejido empresarial español. Pero lo cierto es que todavía falta “cultura de la innovación abierta”. Por suerte, la evolución es palpable. Sin ir más lejos, hasta hace poco, muchos emprendedores percibían que algunas de las grandes empresas solo se acercaban a ellos para cumplir con sus agendas de RSC o como estrategia de marketing. Ahora ya se siente que este acercamiento es real y persigue un objetivo que redunde en la mejora competitiva y en el desarrollo de proyectos o servicios innovadores y disruptivos.
En cualquier caso, la necesidad de “normalizar” esta colaboración como una opción de valor para las grandes corporaciones es una realidad, pues seguimos teniendo en el tablero dos figuras opuestas en términos de estructura y agilidad, por lo que es necesario seguir haciendo divulgación sobre los beneficios de unirse en una relación simbiótica que impulsa la transformación y el crecimiento mutuo.
En este sentido, es fundamental el desarrollo del marco óptimo para esta colaboración. Las diferencias en la cultura empresarial y en la forma de trabajar pueden generar tensiones. Contar con un ecosistema consolidado, donde todos los agentes reman en el mismo y donde se propician las fórmulas que favorecen esta colaboración, permite que esta relación se fomente.
Valencia es un ejemplo de región donde la innovación abierta es un éxito. Las corporaciones miran a nuestro ecosistema por el talento y los proyectos disruptivos que pueden sumarles para crecer, pero también por su fortaleza y su carácter internacional. Y es que el valenciano es un ecosistema sólido, cohesionado y abierto al mundo. Ejemplo de ello es su evento tecnológico internacional de referencia, Valencia Digital Summit que recibe anualmente más de 10.000 asistentes provenientes de más de 80 países.
También lo es La Terminal, el nuevo hub tecnológico ubicado en La Marina que verá la luz a principios de 2024. Aunque el proyecto está todavía en desarrollo, ya nace con una clara vocación internacional. La Terminal se convertirá en un espacio de innovación abierta integrando a los principales actores del ecosistema emprendedor y promoviendo la marca Valencia como hub tecnológico internacional a escala local, nacional y mundial.
La relación entre grandes corporaciones y startups en el marco de la innovación abierta representa una gran oportunidad para impulsar la transformación económica y social. Es esencial hacer pedagogía sobre ella y promover el escenario idóneo para que ambas partes den lo mejor de sí mismas. La sociedad tiene que entender que en esta apuesta por la competitividad de nuestro país solo podremos ganar si corporaciones y startups son aliadas.
*** Nacho Mas es CEO en Startup Valencia
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