El economista y fundador del Grupo Herrero Brigantina, Juan González Herrero, en una imagen reciente publicada en la web de su conglomerado financiero.
El economista y creador del Grupo Herrero Brigantina, Juan González Herrero, en una imagen reciente publicada en la web de su conglomerado financiero.

Rubén Martínez, directivo comercial en Galicia, Asturias y León de Naibc, una firma del conglomerado de servicios financieros e inversión Herrero Brigantina, confesó el diez de mayo de dos mil veintidos un miedo a una colega de esta empresa que ha anunciado su salida a Bolsa este año. “Estoy tan paralizado como tú. No sé qué hacer. Lo único que veo claro es decir a los clientes que vayan rescatando antes de que esto reviente”, escribió por WhatsApp el ejecutivo.

Forbes Hispano ha tenido acceso a diez mensajes que revelan que este directivo conoce desde hace un año los supuestos inconvenientes de liquidez de esta compañía de Ponferrada (León) que ha sido denunciada por impagos y retrasos en sus productos de inversión. Se trata de soluciones que ofrecen hasta un cincuenta% de rentabilidad en diez años y que el conjunto afirma haber puesto entre una parte de sus treinta y cinco clientes del servicio —pymes, autónomos y familias— en Europa.

Martínez aceptaba hace un año estar “acojonado con el destino del dinero de los clientes”. Y destacaba que la práctica de la compañía era “denunciable ante la DGS”, en referencia a la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones del Ministerio de Economía. Se trata del departamento que inspecciona productos de Herrero Brigantina como los unit linked —seguro de vida cuya prima se invierte en una cartera de fondos— y que, al ponerse en el mercado a través de contratos privados de prestación de servicios, continúan extraños al radar de reguladores como el Banco de España o la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Pese a las duras afirmaciones, Martínez, que entre dos mil veinte y dos mil veintiuno fue directivo territorial en Castilla y León de Herrero Brigantina, conforme su perfil en la red profesional LinkedIn, prosiguió conduciendo la comercialización de los productos. Una cartera compuesta por soluciones de inversión, planes de pensiones, seguros, hipotecas y préstamos que la empresa vende mediante una red de treinta oficinas que contempla, conforme la compañía, sucursales en Londres, Miami, París, Ámsterdam y Hong Kong.

Los primeros miedos del ejecutivo se desataron tras ser informado hace un año de que la empresa aseguradora Axa se desligaba de una de las soluciones de inversión de la firma leonesa, el Top veinticinco. El producto prometía una rentabilidad del veinticinco% en 5 años y se comercializó con el aval de ser emitido “en exclusiva por la aseguradora Axa”, conforme documentos internos de Neonova Investors SL, una de las sociedades del tinglado.

La empresa vendió trece millones entre abril y junio de dos mil veintidos del Top veinticinco, conforme un auto del Juzgado de Instrucción número cuatro de Salamanca, que le atribuyó a la compañía una supuesta estafa en España de cuarenta millones.

“No hay ningún vínculo con Axa por parte del cliente y eso es denunciable ante la DGS”, repetía Martínez hace un año. “Y lo peor, le estamos dando a los clientes una lista de activos donde invertir que, para nada, van a ser los activos finales donde se invierta. Con lo cual, peor aún”, seguía en otro mensaje.

El directivo comercial se sinceró el cuatro de junio de dos mil veintidos sobre la situación de la compañía una vez que un compañero le solicitara su opinión. “Me preguntó que cómo veía todo esto que está pasando y le dije lo que pienso, que estoy ACOJONADO [sic] con el destino del dinero de los clientes. Que ahora estamos discutiendo sobre la póliza de Axa, pero eso es lo de menos. ¿Dónde está el dinero del GLP, y el de SVGF y todo lo que se metió en productos anteriores?”, señaló cuestionando la solvencia de dos instrumentos de inversión.

El ejecutivo mostraba asimismo su inquietud sobre el respaldo financiero de las soluciones de ahorro. “¿Dónde está la póliza de los 16,5 millones de libras?, ¿cuándo se contrató la póliza?”. “En definitiva, ahora mismo desconfío de todo”, concedía. Se refería así Martínez a la póliza que, teóricamente, acreditaba los productos de inversión de esta compañía a la que el diario Financial Times situó en dos mil veintiuno en el puesto ciento cuarenta y nueve de las mil firmas europeas que más veloz medraban.

Investigación de Economía

Las sospechas de Martínez se cumplieron. Este diario desveló once meses una vez que el ejecutivo escribiera sus mensajes de WhatsApp que Herrero Brigantina usó sin autorización el nombre de las compañías de seguros Generali, Axa y Plus Ultra para comercializar productos de inversión que ofrecían hasta un cincuenta% de rentabilidad en diez años. Y que cuando menos una de estas firmas advirtió de la anomalía a la Dirección General de Seguros del Ministerio de Economía, que, a su vez, abrió una investigación tras las revelaciones para pesquisar posibles irregularidades vinculadas al área de seguros de la compañía.

Martínez reconoce en el primer contacto telefónico con este diario ser el creador de los mensajes. “Como comprenderá, es una conversación privada y espero que no se haga pública. Es un WhatsApp en un momento determinado de la empresa. Ruego que no salga a la luz”, pide.

Pese a que en el membrete de su correo figura como directivo comercial en Galicia, Asturias y León, el directivo afirma por teléfono “no ser nadie en la empresa”. Y, a el interrogante de por qué se mostró el cuatro de junio de dos mil veintidos “acojonado” sobre el destino del dinero de los clientes del servicio, responde: “Esto se debe al miedo que, tanto la Sra. Charo Prieto como el Sr. [Luis] Goenaga [dos exdirectivos], me metieron en el cuerpo a base de transmitirme informaciones falsas en contra de la compañía y de los productos”.

“Errores de escritura”

Herrero Brigantina, una empresa que en dos mil veintidos aseveró haber facturado cincuenta y seis con cuatro millones, ha contestado a este diario mediante su ejecutivo Rubén Martínez. Este justifica que los mensajes de WhatsApp que mandó entre mayo y junio de dos mil veintidos a una compañera están sacados de contexto, fueron “errores de escritura” y estuvieron inducidos por dos exdirectivos.

Sobre la aseveración en la que se mostraba partidario de que los inversores rescataran sus fondos frente a un colapso, explica por correo: “Esta frase me la repitieron la Sra. Prieto y el Sr. Goenaga hasta la saciedad. Que rescatase [los fondos] de mis clientes. Que sacase todo el dinero. Sin más información que la que ellos me transmitían. Estaba realmente preocupado. Acudí, por tanto, a otros compañeros para arrojar luz sobre el asunto y, al descubrir la verdad, no he instado al rescate a ninguno de mis clientes”.

Respecto a los inconvenientes producidos una vez que la empresa aseguradora Axa se desvinculase de los productos de Herrero Brigantina y el peligro de ser denunciados frente a la Dirección General de Seguros (Ministerio de Economía), Martínez indica: “Este mensaje no era como se ha transcrito o fue error mío en la escritura. Lo que quería decir es que el cliente nunca tenía vínculo con Axa, ya que ese cliente suscribía una participación en beneficios a través de un contrato entre el cliente y nuestra empresa”.

El ejecutivo matiza asimismo su aseveración de que a los clientes del servicio no se les notificaba sobre los activos finales de sus inversiones. “Esta frase está, sin duda, sacada de contexto. En la propia solicitud, se hacía referencia a que se facilitaba una lista de activos iniciales donde se iba a posicionar la compañía como suscriptora de estos activos, pero que, como es lógico, los mismos podían cambiar en el tiempo en función de la evolución de los mercados”.

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