Es bastante difícil no conocer historias de becarios explotados por sus empleadores. Estudiantes que aceptan labores que no les tocan, que trabajan jornadas maratonianas sin remuneración, que estiran prácticas impagadas indefinidamente frente a la vaga promesa de un empleo al final del camino, que pierden dinero por trabajar… El pacto subscrito este jueves por el Ministerio de Trabajo y los sindicatos aspira a poner punto y final, o cuando menos calmar, este inconveniente. CC OO, UGT y el departamento que dirige Yolanda Díaz han firmado el Estatuto de las personas en capacitación práctica no laboral en las compañías, más conocido como estatuto del becario. Las primordiales novedades que introduce son la restricción a un máximo de cuatrocientos ochenta horas de las prácticas extracurriculares (figura en la que se concentra el fraude, al no estar de manera directa vinculadas con la capacitación), la obligación de las compañías de cubrir los gastos del estudiante y un régimen sancionador que penaliza los incumplimientos más graves con hasta doscientos veinticinco mil dieciocho euros.
Esta regla llega con muchos opositores, de los rectores universitarios a la patronal, que participó en la negociación mas no ha subscrito el pacto. También hay recelos en la parte socialista del Gobierno. Moncloa piensa que la regla “está muy verde” para ir al Consejo de Ministros, notifica Carlos E. Cué, una valoración semejante a la del Ministerio de Economía. Fuentes del departamento que dirige Nadia Calviño piensan que el pacto con los sindicatos es “un punto de partida”, mas que al texto le falta “trabajo técnico” para ser más “equilibrado”. Además, piensan que falta oír más las situaciones de universidades y empresarios. También apuntan que, si bien la negociación la haya protagonizado Trabajo, es una regulación con muchas ramificaciones, que afecta a más ministerios. En terminante, el campo socialista ve bastante difícil que se pueda aprobar ya antes de las elecciones, ya que no ha pasado aún ninguna tramitación interna en el Gobierno. El texto tampoco lúcida entusiasmo en los asociados del Gobierno, de los que depende su trámite parlamentario.
El secretario confederal de Juventud de CC OO, Adrià Junyent, ha indicado que con este pacto “se acaban la explotación y los falsos becarios”. “Se acostumbraron a que esto seamos su manos de obra gratis. Esto genera una nueva cultura”, ha añadido Junyent. Su análogo de UGT, Eduardo Magaldi, piensa que el estatuto del becario es un “mazazo” contra quienes abusan de las personas becarias. “No puedes ser que el primer contacto de estas personas con el mundo laboral sean explotación y abusos”, ha añadido el representante de UGT.
La regla, desde su título, se esmera en aclarar que las prácticas no son una relación laboral. “Se presumirá que existe relación laboral cuando la actividad desarrollada sustituya las funciones de una persona trabajadora por cuenta ajena o cuando no exista una vinculación directa entre la actividad desarrollada en la empresa y el programa, currículo o competencias incluidas en el itinerario formativo al que está asociada la práctica”, señala la regulación aprobada.
Además, limita las horas de prácticas en función de su tipología. Las curriculares, que son las desarrolladas a lo largo de los estudios, no pueden superar el veinticinco% de las horas en que se concreten los créditos ECTS de la titulación. Un grado universitario de cuatro años se compone de doscientos cuarenta créditos, así que las prácticas no pueden superar los sesenta créditos. Es decir, mil quinientos horas, que a 8 horas al día equivalen a ciento ochenta y ocho días. Las extracurriculares, que son las que han dificultado la negociación, se restringen al quince% de las horas en que se concreten los créditos de la titulación o un máximo de cuatrocientos ochenta horas. Es decir, sesenta días a 8 horas por jornada, la mitad que hasta el momento. Es muy frecuente que la jornada establecida para una becario esté bajo 8 horas al día. En octubre, Trabajo y los sindicatos acordaron suprimirlas, mas el Gobierno retrocedió frente a la imposibilidad de hallar apoyos parlamentarios con ese planteamiento.
El estatuto no fuerza a las compañías a remunerar a los becarios, mas sí establece la obligatoriedad de compensar los gastos en los que incurran. Así, los estudiantes en prácticas van a tener derecho a que les abonen los gastos de transporte o conservación. Este es uno de los puntos que más críticas ha despertado, ante vaticinios de que pocas empresas van a estar prestas a agregar becarios. Si la compañía remunera al becario y esa cantidad basta para compensar esos gastos, no hay cargas auxiliares para la compañía.
Por otro lado, la nueva regla establece que los becarios no pueden ser más del veinte% de la plantilla del centro de trabajo, con el matiz para las pequeñas y medianas empresas de que siempre y en toda circunstancia pueden ser cuando menos dos; impide que trabajen a turnos o de noche salvo cuando la actividad no se puede desarrollar de otra forma; deja la compatibilización de la prestación por desempleo y las prácticas; y prevé sanciones de hasta doscientos veinticinco mil dieciocho euros para las empresa incumplidoras. La nueva regla sí recibe una evaluación positiva de los primordiales colectivos de estudiantes.
La convocatoria de elecciones generales el veintitres de julio ha estrechado al límite los tiempos. Trabajo no especifica a qué Consejo de Ministros —donde se aprobaría como real decreto ley— va a llevar la regla, con solo 5 semanas hasta los comicios y el Ministerio de Economía, por el momento y con el redactado actual, en contra. También lúcida suspicacias en los asociados del Ejecutivo, tanto por su contenido como por la vía parlamentaria mediante la que se aprobaría, la Diputación Permanente. Es el remplazo de guarda de los trescientos cincuenta miembros del Congreso de los Diputados en el periodo anterior a las elecciones. En se reflejan exactamente las mismas mayorías, así que Partido Socialista Obrero Español y Unidas Podemos debería persuadir a PNV, ERC y Bildu. Los primeros son los que más rechazo expresan contra la regla. De instante no hay encuentros agendados de la Diputación Permanente, que solo se reúne si existe algún motivo para hacerlo a solicitud de la Mesa del Congreso.