El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) asegura que el desarrollo económico registrado por Tabasco y Chiapas es significativo para estimular e impulsar la industria local, mas deficiente para darle un mayor dinamismo a la economía mexicana en conjunto. 

En los últimos años, Tabasco y Chiapas resaltan entre las entidades federativas con mayor desarrollo del producto interno salvaje (PIB) y de la producción industrial, conforme el organismo dirigido por Carlos Hurtado López.

Tabasco vive el dinamismo de la actividad y derrama de gasto público en la producción de petróleo y de la construcción relacionada con la refinería de Dos Bocas, apunta órgano consultor en materia económica del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

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En Chiapas, el comercio al menudeo ha tomado un fuerte impulso, probablemente relacionado con la esencial entrada de remesas del exterior y las visitas turísticas tras la pandemia, expresa el centro de análisis e investigación económica.

El desarrollo de la construcción asimismo ha influido en la restauración económica de forma esencial de Chiapas, agrega el CEESP.

“A pesar de los significativos avances en Tabasco y Chiapas, su impacto a nivel nacional es reducido si se cree que en conjunto representan solo cuarenta y tres% de la economía de México y (es aún) menor cuando se le equipara con las entidades más representativas: CDMX, con ciento setenta y seis%; Estado de México, con noventa y uno%; Nuevo León, con setenta y siete%, y Jalisco, con sesenta y nueve%”, especifica.

“Es urgente que se produzcan las condiciones para favorecer el florecimiento de la inversión productiva en el país, a través de más certeza, Estado de derecho y políticas que la faciliten”, apunta el CEESP.

Adicionalmente, para integrar a la economía y el valor agregado de los estados del sur-sudeste, como Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Campeche, Quintana Roo y Yucatán, a las tendencias de inversión procedentes de la relocalización o nearshoring se requieren además de esto mejores condiciones de infraestructura, logística y certeza política, entre otras muchas, agrega el think tank.

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Preocupa estancamiento industrial

Después de 3 meses en alza, la producción industrial no medró a lo largo del primer mes del año, si bien fue veinticinco% mayor al mismo mes de dos mil veintidos -el menor desarrollo anual en los últimos diez meses-, recuerda el Centro. 

De pacto con el reporte del Inegi, la producción industrial tuvo una ligera minoración (-uno%) con respecto a diciembre, cuando la estimación oportuna del Instituto adelanta un avance de cinco%.

“Este comportamiento respondió en su totalidad a la minoración de 1% en la construcción, que se debió a la caída mensual de ochenta y seis% en la construcción de obras de ingeniería civil, eminentemente infraestructura”, añade.

Detalla que la observación es de solo un mes, mas preocupa la posibilidad de un nuevo estancamiento de la inversión. 

“Aun cuando su indicador a lo largo de todo dos mil veintidos medró sesenta%, aún no consigue recobrar lo perdido en lo que va del sexenio y es aún ochenta y tres% menor con respecto a 2018”. 

“Es posible que la caída de la construcción en el mes de enero esté relacionada con una contracción de la inversión pública. De pacto con la información de las finanzas públicas, el gasto de la inversión física del campo público en el mes de enero pasado fue trece.6% menor en términos reales al de un año antes”, resalta el CEESP.