Nunca fueron mayoría, mas su presencia fue siempre y en todo momento bendecida por el campo inmobiliario de la Costa del Sol. Los rusos han estado entre los mejores clientes del servicio a lo largo de años. Buscaban las mejores casas en primera línea de playa o en la montaña. Querían salones extensos, grandes habitaciones, mucha luz, piscina interior y gimnasio. Y siempre y en todo momento pagaron bien. Ahora, tras la invasión a Ucrania y las sanciones internacionales a su país, su presencia prácticamente ha desaparecido en el triángulo de oro malagueño formado por Marbella, Estepona y Benahavís. “Las operaciones han bajado al mínimo”, apunta Kristina Szekely, máxima responsable de la agencia de mucho lujo que lleva su nombre. “Su demanda ha desaparecido casi por completo”, agregan desde la Asociación de Empresarios para la Vivienda de Alta Calidad DOM3, donde destacan que los rusos son ahora un colectivo vendedor en pos de liquidez y que han sido reemplazados por otros mercados como el polaco.

La pandemia ha provocado una revolución en el mercado inmobiliario de mucho lujo en la Costa del Sol. El confinamiento recordó a las grandes fortunas lo que ofrecía el litoral malagueño. Y valoraron más factores tradicionales como el buen tiempo o la proximidad del aeropuerto de Málaga —que perdió sus 4 conexiones semanales con Moscú por la guerra— y los muchos servicios de carácter privado que ofrece la zona, desde institutos y clínicas hasta campos de golf. Los dos últimos años han sido los mejores en la historia del mercado del lujo en la zona, conforme opinión unánime del campo, mas de esa ecuación han desaparecido los ciudadanos rusos. El conflicto armado y las medidas impulsadas para sancionar a Rusia han hecho mella. “Siguen comprando, pero ahora muchísimo menos”, resalta Jimmy Widen, creador de la agencia 3SA Estate.

Bien lo saben en la urbanización más exclusiva de Europa, La Zagaleta, a pocos minutos al norte de Marbella y que cobija ciertas villas más suntuosas, con costes que superan los treinta millones de euros. Según su directivo general, Jacobo Cestino, tras la invasión no se han producido adquisiciones de inmuebles o terrenos en el circuito por la parte de personas de aquel país. “No hemos recibido siquiera contactos de inversores rusos o intermediarios en su nombre interesándose por propiedades”, agrega Cestino, que piensa que se debe a los rigurosos controles que imponen sobre los activos del usuario. El máximo responsable de este privilegiado rincón insiste en que la demanda de residencia de mucho lujo de los ciudadanos rusos “es ahora prácticamente residual”. Fuentes del campo explican que las realmente pocas personas que han comprado en el último año son residentes de países europeos u otros como Dubái, mas asimismo hay quienes efectúan movimientos de dinero a fin de que este les llegue a España desde países como Azerbaiyán o Turquía. En Málaga radicaban en dos mil veintidos —último dato disponible— algo más de ocho.300 ciudadanos rusos, un millar más que el año precedente. La mayoría —2.481— viven en Marbella, donde hay desde medios hasta institutos rusos y cartelería de “Se vende” en abecedario cirílico.

El Informe del Mercado Inmobiliario en Marbella dos mil veintitres elaborado por Diana Morales Properties refleja que en su web el tráfico desde Rusia había aumentado un ciento cinco% a fines de dos mil veintiuno con respecto al año precedente, mas asimismo que tras la guerra, la demanda se ha parado en seco en el litoral malagueño. Si ya en España solo dos de cada 100 adquisiciones de extranjeros correspondían a rusos en dos mil veintidos —cifra que sube al tres% en el primer trimestre del año en curso, conforme el Colegio de Registradores—, su papel en la Costa del Sol apenas tiene ahora relevancia y roza el 1%. Números bajos en un mercado, Málaga, donde conforme el organismo registral, una de cada 3 residencias es comprada por extranjeros. Sobre todo del Reino Unido (dieciseis%) y Suecia (doce%). Países Bajos (ocho%) se ha transformado en el tercer origen en relevancia. Otro estudio, el de Panorama Properties, reflejaba ya el año pasado que la capacidad de adquiere rusa está “muy limitada”. “Las sanciones, junto con la dificultad o imposibilidad de abrir cuentas bancarias para los rusos no residentes, han reducido aún más este sector del mercado”, narra Christopher Clover, máximo responsable de esta inmobiliaria de mucho lujo, que abrió sus puertas en mil novecientos setenta y cuyas oficinas se sitúan en Puente Romano, en el corazón de la Milla de Oro marbellense, cerca del lujo de Puerto Banús y la historia del Marbella Club Hotel.

‘Golden visa’

El metro cuadrado puede lograr los veinticinco euros en la zona, una de las favoritas por los ciudadanos rusos, la mayor parte con perfil de empresarios con grandes cuentas bancarias, distanciados del estereotipo de oligarca. “Siempre han buscado lo mejor: ya sea en primera línea de playa o en la montaña con la mejor vista. Les gusta lo bueno. Pero en el último año no he tenido ni un cliente de allí”, asevera Kristina Szekely. Nueva Andalucía o La Quinta han sido asimismo zonas preferentes para estos ciudadanos, que, además de esto, podían adquirir la golden visa al adquirir casas de más de quinientos euros, como hicieron ochocientos seis personas del gigante eurasiático entre dos mil trece y dos mil diecinueve.

Marbella, no obstante, no les echa de menos. Su marca se ha afianzado entre las más esenciales a nivel europeo para segundas viviendas y, tras la pandemia, asimismo para la primera. La caída del mercado ruso ha ido acompañada además de esto por el incremento de otros ciudadanos que han ocupado su sitio, sobre todo de países fronterizos con Rusia o Ucrania que procuran seguridad. “Sobre todo desde Polonia”, cuentan en la asociación DOM3, mas asimismo desde otros lugares como Lituania, Letonia, Estonia o Rumanía, conforme los datos de Panorama Properties. “Mientras que en otras ciudades del norte y centro de Europa la recesión como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania y la subida de los tipos de interés (entre otros acontecimientos) ha comenzado a hacer mella, Marbella ha salido fortalecida, mostrando cifras de crecimiento muy por encima de las de sus competidores”, destacan desde Diana Morala Properties.

Mercedes Cruz Ocaña