Instalaciones de Grifols en Parets del Vallés (Barcelona).
Gianluca Battista

Las agencias de calificación S&P Global Ratings y Fitch han aumentado la presión sobre Grifols al rebajar su rating debido a su situación financiera desafiante. Esta medida ha provocado una caída del 9,34% en las acciones de la compañía en Bolsa, alcanzando los 7,2 euros, lo que suma una pérdida del 51% en su valor desde principios de año.

S&P Global Ratings ha degradado la calificación de Grifols a ‘B’ con perspectiva negativa, citando una menor generación de flujo de caja en 2023 y un aumento del apalancamiento al cierre del ejercicio, mientras que Fitch ha rebajado el rating de BB- a B+ con perspectiva negativa, mencionando la ralentización del desapalancamiento de la empresa.

Ambas agencias señalan los vencimientos de deuda en 2025 como un punto de preocupación. Grifols planea utilizar los ingresos de la venta del 20% de Shanghai RAAS para afrontar estos compromisos financieros, pero las agencias advierten sobre posibles dificultades en la liquidez para cubrir los pagos.

Desde Grifols, se destaca que la empresa continúa operando con normalidad y se compromete a reducir su apalancamiento mediante la mejora de sus ingresos y ebitda. Además, se espera que la venta de Shanghai RAAS se concrete en la primera mitad de 2024, lo que contribuirá a la mejora de la calificación de las agencias.

Esta presión financiera se suma a las advertencias anteriores de Moody’s sobre la generación de caja y los vencimientos de deuda próximos. A pesar de estos desafíos, Grifols confía en su plan de acción para garantizar su estabilidad financiera a largo plazo.

En resumen, Grifols enfrenta un escenario de incertidumbre financiera, pero mantiene su compromiso con la mejora de su situación a través de medidas concretas y estratégicas.