El Gobierno de Estados Unidos rechazó aportar dinero público para hacer en frente de la caída de Silicon Valley Bank, Signature Bank y First Republic Bank en la crisis que golpeó en el segundo trimestre a la banca mediana. La factura del saneamiento va a correr al cargo del fondo de garantía de depósitos, financiado con las entidades del ámbito, entre ellos la filial estadounidense del Banco Santander. Santander Holdings USA ha calculado que deberá abonar sesenta millones de dólares estadounidenses (cincuenta y cinco millones de euros al género de cambio actual), según ha comunicado a la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (la SEC).
La cifra es una estimación y la entidad la ha incluido por vez primera en su último informe trimestral. El Santander ha salido indemne de la crisis que afectó a numerosas entidades estadounidenses. Además de las 3 intervenidas, muchas otras padecieron fugas de depósitos y caigas en Bolsa que forzaron a las autoridades a adoptar medidas en su apoyo. Santander USA Holdings resalta que no se vio perjudicado de forma relevante, mas ha tomado medidas para acorazarse ante posibles nuevas sacudidas, entre ellas un incremento del treinta% en la liquidez libre.
“La reciente quiebra de varias grandes entidades bancarias estadounidenses ha provocado una mayor incertidumbre en el mercado”, apunta Santander USA Holdings en su informe trimestral. “La compañía no se vio afectada significativamente por estos acontecimientos durante el trimestre; sin embargo, las cambiantes condiciones del mercado se consideran un factor de riesgo importante para la entidad”, sigue.
El banco considera probable que esos factores aumenten la competencia y los costes de los depósitos de los clientes del servicio a corto y medio plazo, que acentúen la atención y la reforma del mercado y de la normativa en materia de liquidez, capital y peligro de géneros de interés. Además, espera que den sitio a una evaluación singular de los bancos para cubrir las pérdidas en el fondo de garantía de depósitos, que se reparten en función de las cuotas de mercado. El banco ha hecho ya sus cuentas: “Estimamos [el impacto] en aproximadamente 60 millones de dólares en total que se pagarán trimestralmente durante los próximos dos años a partir del primer trimestre de 2024″, indica.
Santander Holdings USA advierte de que esas condiciones de mercado cambiantes y la incertidumbre “probablemente plantearán retos en el crecimiento de los ingresos netos por intereses, el aumento del riesgo de crédito y los gastos por pérdidas de crédito asociados, y podrían tener un impacto general en los resultados”.
Mayor liquidez
La filial estadounidense del banco que encabeza Ana Botín ha reforzado su vigilancia de los peligros de géneros de interés y de liquidez, conforme la entidad. Las cuentas trimestrales dan prueba de ello. Su filial bancaria (Santander Bank, National Association, SBNA) ha reforzado la supervisión de su situación de liquidez desde las sacudidas del sistema de finanzas que empezaron en el tercer mes del año de dos mil veintitres y la consecuente volatilidad del mercado.
Además, SBNA ha ido mejorando y optimando las fuentes de liquidez contingente, con la pignoración de préstamos auxiliares en la ventana de descuento y la trasferencia de valores de la ventana de descuento al nuevo mecanismo de urgencia que creó la Reserva Federal (BTFP, por sus iniciales en ingles), donde tiene libres siete mil ochocientos veintisiete millones de dólares estadounidenses que no ha empleado. La filial del Santander ha pasado de una liquidez libre de veintinueve y noventa y dos millones de dólares estadounidenses a un total de treinta y siete y ochocientos cuarenta y dos millones, un incremento de ocho mil setecientos cincuenta millones, un treinta%, en un trimestre.
A eso se unen veintidos y quinientos millones de dólares estadounidenses (el equivalente a un veintiocho con tres% de los depósitos) en activos muy líquidos libres de cargas (efectivo y equivalentes de efectivo e inversiones en títulos de deuda libre para la venta, excluidos los valores pignorados como garantía). Los depósitos y otras cuentas de clientes del servicio aumentaron levemente, de setenta y nueve y ciento veintinueve a setenta y nueve y cuatrocientos ochenta y cuatro millones de dólares estadounidenses en el trimestre.
Biden garantizó tras la caída de Silicon Valley Bank y Signature Bank que los impositores no deberían aceptar ningún género de pérdidas. La Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) vendió los activos y pasivos de Silicon Valley Bank a First Citizens, mas estimó que la intervención y saneamiento dejaba un orificio o costo estimado de veinte millones de dólares estadounidenses. Flagstar Bank, filial del New York Community Bancorp, firmó con la FDIC un pacto de adquiere y asunción de casi la totalidad de los depósitos y determinadas carteras de préstamos de Signature Bank. En este caso, cifró temporalmente el costo de la intervención de la entidad en dos mil quinientos millones de dólares estadounidenses. Posteriormente, JP Morgan se quedó con First Republic Bank, con un costo de más o menos trece millones de dólares estadounidenses para el fondo de garantía de depósitos, que se financia con las aportaciones de las entidades. Entre , la filial del Santander.