El Banco Mundial ha revisado a la baja sus proyecciones de crecimiento para América Latina y el Caribe, situando el crecimiento económico de la región en un 1,8% para este año. Esta cifra representa una reducción de 0,5 puntos porcentuales con respecto a las previsiones realizadas a principios de año. La revisión a la baja se debe en gran medida a una marcada disminución en las expectativas para Argentina, país cuya economía se espera que se contraiga en el presente año para retomar el crecimiento en el próximo.

Entre los factores que podrían impactar negativamente en el crecimiento de la región se encuentran las condiciones financieras más estrictas de lo esperado a nivel mundial, los elevados niveles de deuda local que podrían afectar la demanda privada y la posible necesidad de llevar a cabo una consolidación fiscal de forma más acelerada. Además, se señala que una desaceleración en el crecimiento de China y fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático representan riesgos adicionales para la economía latinoamericana.

Por otro lado, un posible aumento en la actividad económica de Estados Unidos podría impulsar el crecimiento regional. A pesar de las dificultades previstas para el año en curso, se espera que América Latina y el Caribe experimenten una recuperación gradual en 2025, apoyada por la disminución de la inflación y una política monetaria más flexible, según indican los especialistas del Banco Mundial.

La evolución económica de la región estará condicionada por una serie de factores tanto internos como externos, donde los precios de los productos básicos y la demanda global jugarán un papel crucial. Se prevé que la economía repunte en 2025 con un crecimiento estimado del 2,7%, a medida que las tasas de interés se normalicen y la inflación disminuya.

A nivel local, mientras en Brasil y México se ha mantenido la confianza de los empresarios, en Colombia no se ha recuperado por completo y Argentina ha experimentado una fuerte contracción económica. La disparidad en la evolución económica de estos países refleja los desafíos y las diferencias que enfrenta la región en su conjunto.

Mercedes Cruz Ocaña