El Foro de Davos ha sido el escenario de intensos debates sobre el futuro de la economía mundial, en medio de los desafíos planteados por la pandemia, la inestabilidad geopolítica y la urgencia climática. Los líderes mundiales y expertos coinciden en que nos dirigimos hacia una nueva normalidad, marcada por la inteligencia artificial, la inseguridad geopolítica, la crisis climática, la polarización política y la elevada deuda acumulada.
En este contexto, ha surgido un consenso sobre la necesidad de realizar grandes inversiones para proteger sectores vulnerables, países menos desarrollados y mantener la competitividad en un entorno de creciente rivalidad entre potencias. Sin embargo, no hay acuerdo sobre la forma de financiar estas inversiones, con diferencias entre la apuesta por la inversión pública y la confianza en los mercados.
Christine Lagarde, presidenta del BCE, señaló tres signos de estabilización económica: la moderación del consumo, el repunte del comercio mundial y una mejora en la inflación. Estos factores brindan tiempo para adaptarse a las transformaciones disruptivas, como la creciente influencia de la inteligencia artificial generativa y el acelerado avance del cambio climático.
Además, la creciente tensión geopolítica está generando movimientos empresariales y de reconfiguración de cadenas de suministro, con el objetivo de reducir la dependencia de China y mitigar los riesgos asociados a la inestabilidad. Sin embargo, este panorama también conlleva el riesgo de incremento de costes e inflación sostenida.
El desafío político
Los líderes reunidos en Davos coinciden en que abordar estos desafíos requerirá importantes ajustes y movimientos políticos a nivel global. Sin embargo, la polarización e ideologización presentes en muchos países occidentales complica el panorama, especialmente en un año marcado por importantes procesos electorales.
En resumen, la nueva era económica que se avecina demandará adaptaciones significativas y movimientos políticos importantes para impulsar el cambio positivo y mitigar los impactos negativos, en un contexto de profunda transformación a nivel global.
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