Adif se lava las manos en la adjudicación de una de sus mayores obras en los últimos tiempos, en cuya licitación por seiscientos veintiuno millones de euros (IVA incluido) quedó primeramente la oferta técnica presentada por el consorcio encabezado por Ferrovial. El gestor de infraestructuras ferroviarias ha contratado a la ingeniería Geocontrol a fin de que analice y valore las ofertas económicas presentadas al concurso para enterrar la línea de Cercanías R2 de Barcelona a su paso por el ayuntamiento catalán de Montcada i Reixac que fueron declaradas como “baja temeraria”. Una vez que reciba este informe, la mesa de contratación de Adif va a decidir por último la adjudicación.

A este concurso se presentan 4 consorcios. El primero está integrado por Ferrovial, Comsa y FCC, que ofertó un presupuesto de cuatrocientos cuarenta y seis con seis millones (sin IVA) sobre un presupuesto base fijado por Adif en quinientos trece con tres millones (sin IVA),y consiguió una puntuación técnica de cuarenta y siete con noventa y ocho puntos, la más alta; el segundo consorcio es Vías y Construcciones, Copisa, Azvi e Ingeniería y Servicios, que se ofreció para ejecutar la obra por cuatrocientos veintisiete con dos millones, si bien su puntuación técnica cayó hasta los treinta y siete con ochenta y seis puntos; la tercera propuestas fue la presentada por la Unión Temporal de Empresas (UTE) de Dragados (ACS), Copcisa, Tecsa, Acsa (Sorigué) y San José, con un presupuesto de cuatrocientos veinte con nueve millones y cuya puntuación técnica mereció 43,46 puntos; y la última la de la UTE de OHLA, Sacyr, Acciona y Rubau, con 418,3 millones y una puntuación técnica de 47,64 puntos.

La misión ahora de Geocontrol es valorar si las rebajas de las propuestas económicas anormalmente por debajo del precio de la licitación de los distintos consorcios no responden a una baja temeraria sino que se justifican por un ahorro real de costes. En caso de que no exista esa justificación, ganaría el concurso la propuesta encabezada por Ferrovial, al haber obtenido la mayor puntuación técnica. En realidad, descartadas las dos ofertas con menor puntuación técnica, la única que podría arrebatarle la obra a Ferrovial sería la encabezada por OHLA para lo que deberá convencer a la consultora que su rebaja económica está justificada.

La medida de derivar gran parte de la responsabilidad final de la adjudicación del contrato a una consultora externa no es el procedimiento habitual pero Adif justifica la decisión en el volumen de inversión “sin precedentes” del contrato, “la diversidad de actuaciones y su complejidad técnica y constructiva” del proyecto, según señaló este lunes en un comunicado. Adif añade que Geocontrol atesora “un profundo conocimiento técnico en proyectos y construcción, procedimientos constructivos y rendimientos de cada actividad del plan de una obra”, a lo que suma el factor de ser la ingeniería que redactó el proyecto de construcción del soterramiento. Esto la hace “conocedora de sus particularidades técnicas, los procedimientos constructivos considerados y los medios humanos y materiales para cumplir los plazos derivados del plan de obra incorporado al proyecto”, de modo que su análisis “servirá de soporte y completará el que realizan los equipos técnicos de Adif”.

Adif señala que, como todos los contratos públicos bajo su gestión, “la selección del adjudicatario de la obra, como en todos los procesos de licitación y adjudicación de la compañía, se basará en los principios de objetividad y transparencia y en criterios objetivos de adjudicación, en base a la mejor relación calidad-precio, recogidos en los pliegos rectores de la licitación”.

Contrato polémico

El contrato armó un gran revuelo porque se produjo justo después de que la empresa que preside Rafael del Pino anunciara el traslado de su sede fiscal a Países Bajos, lo que desató las críticas del Gobierno. Algunos miembros de Unidas Podemos llegaron a pedir que la administraciones vetaran a Ferrovial en los concursos públicos.

El ganador del concurso será el encargado de realizar la obra de integración de la línea R2 de Rodalies Barcelona a su paso por el casco urbano de Montcada i Reixac, así como la construcción de una nueva estación. La obra contempla la construcción de un túnel de cuatro kilómetros de longitud que alojará 3 vías, conformado por una estructura basada en pantallas de hormigón que salvará un acuífero natural. Posteriormente, se procederá a excavar un túnel a 35 metros de profundidad, para a posteriori volver hacia la superficie con un modelo de construcción de pantallas, bajo el trazado actual.

El soterramiento de Montcada ha estado envuelto en una gran polémica por su elevado coste y las más de 200 personas que han fallecido arrolladas por trenes al cruzar indebidamente los diferentes pasos a nivel. Los planes del Ministerio de Transportes tienen como objetivo “promover la permeabilidad de la infraestructura ferroviaria de la línea Barcelona-Portbou entre los dos sectores de la trama urbana, al eliminar el actual trazado en superficie”.