ChatGPT ha significado una revolución total para el planeta de la inteligencia artificial y la tecnología generalmente. La capacidad de este bot de producir contestaciones automáticas basándose en millones de datos se volvió un éxito en la industria, al punto de que su empresa, OpenAI, ha debido sacar una nueva versión a solo tres meses de su lanzamiento. Desde hoy se le une competencia: Bard, el chatbot de inteligencia artificial de Google.
Mientras ChatGPT triunfaba en el mercado, había otros actores viendo qué hacer. Uno de ellos era Google, uno de los más grandes del campo tecnológico, que se quedaba por fuera doblemente.
Por un lado, no tenía su chatbot para ofrecer y, por el otro, se le presentaba el inconveniente de que ChatGPT amenazaba la existencia de su producto más importante: el motor de búsqueda.
Ante esto, Alphabet aceleró sus proyectos relacionados con los chatbots para así conseguir presentar el suyo. A 3 meses del éxito de ChatGPT, Google lo ha conseguido y este veintiuno de marzo ha lanzado a Bard, su chatbot con el que busca recortar la distancia con OpenAI.
Según el comunicado de Google, Bard aún no va a estar libre para todo el público y solo va a poder ser utilizado por usuarios de Reino Unido y EE. UU. que estén en la lista de espera del proyecto.
Esta limitación se fundamenta en que el chatbot está en sus primeras etapas y aún hay cosas que progresar a fin de que pueda salir al gran público. Por ejemplo, conforme Bloomberg, este chatbot puede llegar a dar creencias extrañas que no van con los ideales promovidos por Google, algo muy normal que pasa en los chatbots que están en sus primeras fases y que, tras contestar una serie de preguntas, pueden comenzar a dar contestaciones que desvarían.
Aun así, Google ha presentado un producto que responde bien a lo que se le solicita y que aun es capaz de resguardar a la compañía de inconvenientes legales. Por ejemplo, en el documental de Bloomberg se prueba que, al preguntarle al bot sobre de qué forma hacer una bomba, este responde que no tiene la capacidad de hacerlo y que aconseja que el usuario tampoco lo haga, un ejemplo de de qué forma esta clase de compañías se cuidan ante algún problema.
Con Bard, Google da un paso al frente en este mercado y cierra una brecha que se abría tras la introducción de ChatGPT en Bing, el motor de busca de Microsoft que deseaba quitarle el dominio del campo a una compañía que tiene más de una década controlándolo.
La guerra por los motores de búsqueda: ChatGPT vs. Bard
Si bien Alphabet tiene muchos productos que le producen millones de dólares americanos al mes, su producto estrella es su motor de búsqueda. Con pueden generar miles y miles de dólares americanos en anuncios y venta de datos a clientes del servicio en cuestión de minutos sin hacer mucho.
Pero todo esto estaba en el punto de atención de Microsoft, uno de los grandes contendientes de Google que, tras el éxito de ChatGPT, invirtió millones para unirse a OpenAI en el desarrollo de un chatbot que se pudiese aplicar en su motor de busca Bing.
Tras meses de desarrollo e inversión, esta combinación se dio. Desde febrero, Microsoft incluyó a ChatGPT en Bing en lo que fue un punto de cambio para este campo. Esto hizo que en Google la alarma roja que estaba activada desde diciembre llegase a su punto crítico frente a la posibilidad de que esta nueva junta torpedease su dominio en el mercado.
Así se aceleró la creación de Bard, chatbot que se irá añadiendo a los productos de Google mientras que se resuelven los inconvenientes ya antes citados y mientras que se mejora la precisión de su sistema.
Por eso hay que aguardar a ver de qué forma va a ser esta lucha entre los dos grandes de la tecnología y cuáles van a ser las mejoras substanciales que se van a dar en Bing con ChatGPT y Google con Bard.
Se vienen meses muy movidos para el planeta tecnológico.
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Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica.
Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales, es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.