La segunda mayor petrolera de España no ve con malos ojos un incremento de los impuestos que pesan sobre el gasóleo, a pesar de ser un actor clave tanto en el refino como en la comercialización de carburantes. “Aumentar los impuestos sobre el diésel va a viabilizar los proyectos de hidrógeno [verde], porque en la carretera y en el sector marítimo ambos van a competir, así que puede apoyarlos y facilitarlos”, ha dejado caer el consejero encargado de Cepsa, Maarten Wetselaar, en una conferencia de prensa festejada en Algeciras en la que ha anunciado una inversión de mil millones de euros en la mayor planta de producción de amoníaco de Europa.
La fiscalidad y el esquema de incentivos verdes es, conforme Wetselaar, una “fortaleza” de Europa y de España en comparación con Estados Unidos: “La UE y el Gobierno español están incentivando demanda de hidrógeno y de combustibles bio de segunda generación”. En ese sentido, el directivo holandés —que ha dado un giro de ciento ochenta grados en el rumbo estratégico de Cepsa desde el momento en que aceptó la jefatura a fines de dos mil veintiuno, con un énfasis cada vez mayor sobre el hidrógeno renovable y una paulatina desinversión en proyectos de exploración y producción de crudo— estima que “aumentar la diferencia de fiscalidad entre productos limpios y productos fósiles es una buena manera de crear demanda”, ya sea “con subvenciones o con impuestos”.
Las palabras de Wetselaar son extensamente compartidas por la mayor parte de especialistas en cuestiones energéticas y climáticas, mas sorprenden al venir de la cúspide de una compañía que aún consigue la mayoría de sus beneficios del petróleo. Y llegan exactamente el mismo día en el que la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, desliza en una entrevista en El Confidencial su predisposición a “retomar” las levantas fiscales sobre el gasóleo cuando “la situación energética se encauce”.
Este mismo miércoles, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha adelantado el instante en que piensa que se generará el pico en la demanda mundial de petróleo, lo que ubica en esta década. “La transición hacia una economía basada en las energías limpias se está acelerando, con un punto culminante en la demanda mundial de petróleo previsto antes del final de esta década, a medida que avanzan los vehículos eléctricos, la eficiencia energética y otras tecnologías”, asevera en un comunicado el director del organismo dependiente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), Fatih Birol.
Las previsiones de Cepsa pasan por que el hidrógeno verde cubrirá ya la tercera una parte de las necesidades de comburente para el transporte terrestre mundial y el sesenta% del marítimo en dos mil cincuenta. Para entonces, afirma, va a ser “decisivo” en el complejo esquema de almacenaje de electricidad renovable y va a suponer entre el quince% y el veinte% de la matriz energética mundial en el ecuador de este siglo.