Descubre la Conexión Entre Armani y Su Legado: Un Viaje Por la Moda en Forbes España

Descubre la Conexión Entre Armani y Su Legado: Un Viaje Por la Moda en Forbes España

Milán. Cuando escuché “El señor Armani no habla inglés”, traté de disimular mi sorpresa. A escasos pasos de su hogar, su asistente me tranquiliza: “Non ti preocupare”. Mientras el traductor transmite mis palabras a Armani, pienso en un dato curioso: se puede triunfar en el mundo sin dominar el inglés. En la casa, que visito brevemente, no hay libros a la vista (salvo algunos de fotografía). Parece ser la zona exclusiva.

Dos años después, en Milán. Es domingo, son las nueve de la mañana, y el frío de enero me acompaña. Vía Montenapoleone está desierta cuando me encuentro con un hombre de edad avanzada, con un abrigo azul y cabello canoso, frente a la boutique de Giorgio Armani. Lo reconozco al instante: es él. Justo a dos metros de distancia, su guardaespaldas lo acompaña. El creador de Emporio ha decidido levantarse temprano para asegurarse de que la vitrina esté a su gusto. En ese momento, elijo no compartirlo en redes sociales; es un momento solo para mí.

Revista TAPAS. Desde Milán, escribo con la esperanza de que Armani acepte aparecer en nuestra portada. En solo una semana, recibo la buena noticia: “El señor Armani estará encantado, pero prefiere ser fotografiado con un risotto”. ¡Increíble! Este detalle hizo que la imagen en la portada se transformara en un hito para TAPAS, que hoy cuelga orgullosamente en nuestra oficina como un verdadero trofeo editorial.

Osaka. Durante una entrevista con el reconocido arquitecto japonés Tadao Ando, me pide que me descalce. Ando es el creador del Teatro Armani, el escenario de sus desfiles y también de su capilla ardiente. Durante nuestra charla, comparte una anécdota impactante: “Recibí una llamada y una voz en italiano se presentó: ‘Mr. Ando, soy Giorgio Armani’. Al principio pensé que era una broma. ¡Giorgio Armani me estaba llamando! Me dijo: ‘Quiero que me construyas un teatro’”.

Y en Madrid, durante mis vacaciones, suelo mantenerme atento tanto al mar como a las noticias. De repente, suena una alarma: “Ha fallecido Armani”. Inmediatamente escribo desde Madrid: “Levantamos la portada de octubre. Vamos a enviarle su último homenaje al cielo”.