De negarles financiación para el proyecto a facturar 70 millones de euros. Así se podría resumir la trayectoria exitosa de AIRE Ancient Baths, la pequeña empresa española presente en diferentes urbes como Londres, Nueva York y Copenhague. Con una plantilla total que superará las 1.000 personas el próximo año, su propuesta no se semeja a nada igual en el mercado: un recorrido termal inspirado en los baños árabes en un edificio histórico del centro de cada urbe. Son un océano azul, en términos empresariales. Ellos crean el nicho y lo completan con su oferta.
Armando Prados no es nuevo en esto de los negocios. Desde los 17 años ha fundado diferentes empresas y AIRE Ancient Baths es una de las que está más orgulloso. Presente en urbes como Sevilla, Barcelona, Nueva York, Londres, Chicago y Copenhague, hasta medio millón de personas gozaron de sus servicios el año pasado: una desconexión total a nivel físico, tecnológico y mental. “Empezamos con AIRE cuando yo era productor ejecutivo en Telecinco gracias a esa bendita inconsciencia, como lo llamo yo, que con 24 años nos impulsó a emprender”, afirma el empresario a EL ESPAÑOL.
Ahora tiene 50 años y un enorme bagaje en su haber: “Gracias a mi paso por Telecinco aprendí cómo es una empresa estructurada a nivel internacional, porque antes sólo había estado en la empresa pequeña”. Su sueño comenzaba a tomar forma, cuando menos en su cabeza. La materialización del mismo llegó de la manera más inopinada. Así lo cuenta él: “Algunos socios y yo fuimos a una fiesta en Sevilla en el año 2001, terminamos tarde y a las 12 de la mañana les echaron del hotel. Me pidieron ir a algún centro de masajes o algo por el estilo, nos pusimos a buscar y no había nada”.
El hecho de que procediesen de Granada y la ligazón que esta zona tiene con los baños árabes alumbró la lámpara que les ha guiado desde hace dos décadas. Si lo hacían, debería ser en grande. “Empezamos a buscar una antigua casa-palacio sevillana. Éramos muy jóvenes y todo el mundo nos rechazaba alquilar los espacios que nos gustaban para desarrollar para un concepto que todavía no existía”, narra. No quedaba otra, deberían adquirir.
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Internacionalización de un concepto
En este instante, Prados es uno de los dos socios mayoritarios de AIRE, a quienes acompañan 11 más minoritarios. “Incluimos a más gente en el proyecto porque solos no podíamos”, apostilla. Finalmente, Sevilla fue la primera urbe en la que estos baños tan propios se transformaron realmente, allí en el año 2004. Cuatro años después llegaría un nuevo centro en Almería, en 2011 dieron el salto a la capital catalana y, al año siguiente, empezó su internacionalización en Nueva York. El 2015 abrieron un nuevo local en la urbe barcelonesa de Vallromanes. En 2017 prosiguieron con Chicago, en 2020 con Copenhague y en 2021 con Londres. Pronto van a abrir un nuevo centro en Nueva York y Toronto.
Han pasado dos décadas desde sus principios y cientos y cientos de situaciones que la compañía han debido sortear. Siempre victoriosos, el término de su negocio ha sido suficientemente fuerte para hacer en frente de los vaivenes. “Nosotros creamos un océano azul, tal y como se le conoce en el mundo empresarial, tenemos un nicho único que abarcamos nosotros mismos, sin competencia alguna”, narra el propio Prados.
Al fin y al cabo, ofertan algo tan preciso y buscado hoy en día como la desconexión total. Es una suerte de microrretiro que, durante dos horas en las que tienes acceso a los baños y a un masaje, insufla la energía que el día a día quita a cualquier persona. “Una de nuestras diferencias es que nunca tuvimos como objetivo el dinero. Sabemos que es la gasolina del negocio, pero somos unos románticos. Si nuestras ganancias se reducen por meter un aporte diferencial más al cliente, lo hacemos”, se explaya el empresario refiriéndose a esta estrategia como otra forma de desarrollo.
Un lujo para desconectar
A primera vista, el producto ofrecido por esta empresa de recorridos termales, tal como los llaman, pudiese parecer algo vetado para las clases más populares. Prados asimismo se refiere a ello: “En realidad, es asequible porque no es algo que hagas de forma recurrente. Tenemos un target muy diverso porque la gente acude de manera puntual, como un pequeño lujo accesible”. En España, el ticket medio se ubica entre los setenta y ochenta euros, una cantidad que asciende hasta los 220 dólares en el caso de Nueva York.
La coyuntura de crisis económica tras la pandemia, también, tampoco ha sido impedimento a fin de que esta compañía prosiguiera medrando. “El consumo ha subido. La gente quiere salir, disfrutar después de tanta tragedia, y nosotros somos uno de esos sectores que se está alimentando de ello”, agrega Prados. De hecho, AIRE ha ido medrando a doble dígito un año tras otro.
Una de las transformaciones de la que han sido testigos desde la compañía es de qué forma la gente se ha acercado a los baños. Si en un comienzo se concebía como un plan de conjunto, después fueron las parejas quienes más lo usaron. “Ahora ya hay gente que ha entendido el concepto y vienen solas, sobre todo en Nueva York. Ven que es un espacio para uno mismo, de desconexión total”, repite el propio Prados.
Salta a la vista que esta compañía aún no está presente en la capital española. “Madrid se merece algo espectacular, y estamos en búsqueda activa, pero todavía no hemos encontrado el sitio perfecto para ello”, en palabras de este emprendedor. Esta urbe es una de las que más presencia tienen en su radar, de la misma manera que París.
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Crecimiento personal y profesional
Aunque superada sobradamente, la inseguridad que conllevó el comienzo de la crisis sanitaria hizo tambalear un proyecto que iba viento en popa. Midieron sus recursos y corroboraron que podrían soportar. Así lo hicieron. Pero este no ha sido el único inconveniente que se han encontrado durante su trayectoria. Según Prados, la opacidad que existía ya antes a nivel corporativo para compartir el conocimiento les lastró, de la misma manera que la financiación, puesto que su proyecto, ahora millonario, fue rechazado en un primer instante por las entidades.
Prados, por su lado, no limita su día a día a AIRE. Ejemplo de superación personal, este empresario se marca tres objetivos anualmente: personal, profesional y deportivo. Eso es lo que le ha hecho que lograra acabar la prueba deportiva Iron Man, cursar un máster de Programa de Alta Dirección en el IESE o montar su marca personal a través de la que asesora a jóvenes emprendedores. “Eso les ahorra mucho dinero y es una forma de transmitir mi conocimiento”, apuntilla orgulloso.
Ahora, el sueño de este empresario está en que AIRE Ancient Baths esté tan afianzada que sea un atrayente para cualquiera que vaya a visitar una urbe. “Queremos estar en Asia, Australia, Oriente Medio, tener una marca global, un valor añadido para la ciudad en la que estemos”, concluye Prados.
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