El peligro de las inversiones impulsivas: jóvenes y la influencia de los 'reels'

El peligro de las inversiones impulsivas: jóvenes y la influencia de los ‘reels’

“Quiero ser rico e irme a vivir a Andorra”, expresa Alejandro, un adolescente de 14 años que cursa tercero de la ESO. Su primo mayor lo escucha incrédulo: “Pero estudias en un instituto público. Si de verdad quieres ser rico, deberías esforzarte más”. Alejandro se encoge de hombros y finaliza la discusión: “¿Crees que los profesores sabrían de inversiones si realmente fueran buenos en eso?”. Para él, el conocimiento financiero no proviene del aula, sino de las redes sociales, donde consume contenido de creadores que se autodenominan finfluencers. Estos especialistas en finanzas ofrecen consejos sobre trading y selección de valores, utilizando un lenguaje accesible, pero a menudo construyen expectativas poco realistas y minimizan riesgos, lo que contribuye a la desinformación.

La realidad detrás de las promesas financieras

Según los últimos estudios de Funcas, hay tres grupos vulnerables al riesgo financiero. En primer lugar, están los jóvenes que buscan ganancias rápidas a través de las redes sociales, donde la calidad de información varía enormemente. El segundo grupo lo conforman las personas con ingresos bajos o inestables, para quienes la idea de multiplicar su dinero parece una oportunidad irresistible. Finalmente, aquellos con una educación financiera limitada tienden a sobreestimar su capacidad para comprender productos que en realidad no dominan, señala Francisco Rodríguez, director de Estudios Financieros en el centro de análisis.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha comenzado a prestar atención a estos influenciadores. Desde 2022, se han puesto en marcha mecanismos para monitorear las recomendaciones de los finfluencers, ya que detrás de sus consejos pueden existir conflictos de interés, como comisiones sustanciales de plataformas por atraer a los jóvenes. La promoción de cursos de inversión rápida también se suma a este escenario.

La semana pasada, la CNMV aclaró cuándo la publicidad de estos personajes puede considerarse captación de clientes, una actividad reservada a entidades autorizadas. “No es lo mismo un acuerdo publicitario a cambio de un salario fijo que recibir una compensación basada en el número de nuevos clientes”, afirmaron fuentes de la CNMV. Esto significa que los finfluencers pueden promocionar contenido publicitario, pero no captar clientes ni interactuar directamente con ellos. Además, si hay alguna contraprestación económica, el contenido debe identificarse claramente como publicidad, destaca Cristina Villasante, abogada y socia de Ecija.

Las alertas de los consumidores

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha alzado la voz al denunciar a Tradeando, una plataforma de formación online con sede en Andorra, por presuntas prácticas engañosas relacionadas con promesas de “ingresos rápidos” y tácticas de urgencia para inscripciones. Este proyecto es liderado por el finfluencer Enrique Morís, quien asegura que nunca promueven “rentabilidades rápidas”. Sin embargo, su sitio web presenta mensajes que generan confusión, sugiriendo que invertir puede generar ganancias en poco tiempo. Morís afirma que algunos usuarios se retractan de su inscripción tras consumir contenido, jugando con la legalidad de la situación.

Desde un punto de vista legal, los finfluencers deben cumplir con obligaciones estrictas al difundir recomendaciones, ya sean expertos o simples divulgadores. “Lo esencial es el contenido y el propósito del mensaje, no el título”, dice Paula De Biase, socia responsable de regulación financiera en Baker McKenzie. Por ejemplo, si un finfluencer recomienda invertir en acciones, eso se considera una estrategia de inversión y debe presentarse de manera clara y veraz. La CNMV ha advertido que las infracciones pueden resultar en multas de hasta 500,000 euros para individuos y un millón para entidades.

Jóvenes y estafas

Esta advertencia llega en un momento crítico, dado que la OCU ha indicado que uno de cada tres jóvenes entre 18 y 30 años ha realizado alguna inversión en el último año, y un 15% ha caído en una estafa en los últimos dos años. A pesar de estas cifras alarmantes, algunas redes sociales siguen sin actuar. Por ejemplo, la CNMV multó a X con cinco millones de euros por su falta de control sobre anuncios de un presunto chiringuito financiero que usó identidades de celebridades para atraer inversiones. Algunas grandes plataformas como X y TikTok aún se resisten a colaborar en esta regulación, mientras que Google y Meta han comenzado a verificar la autorización de las empresas que publicitan servicios financieros en sus plataformas.

Alejandro continúa navegando por TikTok, sin distinguir entre publicidad y recomendaciones. Solo ve a jóvenes en autos lujosos que aseguran tener el secreto para vivir sin sacrificios, aunque la realidad puede ser muy diferente.

La clave: educación financiera

Una investigación de WallStreetZen muestra que el 63% de las recomendaciones sobre acciones en TikTok son engañosas, acumulando 194 millones de visitas. Blanca Narváez, directora de Fundación Mutualidad, subraya la importancia de la educación financiera. Aunque las redes sociales pueden ser herramientas valiosas para acercar este conocimiento, también presentan peligros cuando la información carece de transparencia. Es fundamental desarrollar una comprensión informada y crítica para poder juzgar adecuadamente las oportunidades de inversión en un entorno saturado de datos erróneos.