El Consejo de Administración de la CNMC ha tomado una decisión crítica este lunes, aprobando de manera urgente las cuatro circulares que regulan la retribución de las redes eléctricas para el periodo 2026-2031. Esta acción se produce a raíz de que una de esas circulares, que establece una nueva metodología para calcular la retribución de la distribución, fue rechazada la semana pasada por el Consejo de Estado por considerar que infringe la Ley del Sector Eléctrico. La principal objeción fue que esta metodología limitaba las inversiones retribuibles según la demanda futura, algo inaceptable para una actividad esencial como la eléctrica.
Hoy, el pleno del organismo, liderado por Cani Fernández, se reunió de manera extraordinaria para abordar la crisis generada por las objeciones planteadas. La urgencia se debe a que si no se aprueba la normativa antes del 1 de enero, las retribuciones actuales se prorrogarán por seis años adicionales.
En un comunicado reciente, la CNMC informó que ha considerado las observaciones del Consejo de Estado y ha solicitado la opinión del Ministerio para la Transición Ecológica en cinco ocasiones. Aunque no se detallan los cambios exactos realizados, se afirma que la nueva circular se ajusta a los límites de inversión establecidos por el Gobierno, retribuyendo todas las inversiones hasta un 0,13% del PIB, con valores auditados. Adicionalmente, el mecanismo de sostenibilidad se ha reformulado para centrarse solamente en las inversiones que respondan a la demanda según las planificaciones de las redes de transporte y distribución.
El Consejo de Estado había planteado tres posibles acciones: aprobar la circular sin modificaciones —una opción osada—, dejarla sin efecto, lo cual extendería el modelo de retribución vigente desde 2014, o aceptar la propuesta con algunos ajustes menores. La CNMC optó por la última alternativa, garantizando el respaldo de seis de sus diez consejeros. Sin embargo, este camino podría complicarse con una posible acción legal por parte de las eléctricas debido a irregularidades formales, lo que podría generar una grave incertidumbre al anular un modelo de retribución sin otro en su lugar.
A pesar de las críticas en torno a la tramitación de las circulares, la CNMC defiende su proceso como garantista y participativo, respaldado por siete consultas públicas y numerosas reuniones con diferentes actores del sector. Han debatido las circulares hasta 69 veces antes de su aprobación y creen haber logrado un balance entre fomentar inversiones en redes, maximizar su uso y proteger al consumidor.
En relación con la nueva Tasa de Retribución Financiera (TRF), la CNMC propuso un 6,58%, lo que está por debajo del mínimo del 7% exigido por las grandes compañías eléctricas. Dado que el Consejo de Estado no objetó esta propuesta, la CNMC pudo aprobarla a tiempo. Se anticipa que esta nueva TRF, que aumenta en 100 puntos básicos frente a la anterior, ofrecerá certidumbre regulatoria, facilitará la planificación de inversiones y disminuirá la volatilidad del mercado.
La CNMC también se adelantó al establecer, el pasado jueves 18, la resolución que define los peajes de acceso a las redes de transporte y distribución eléctricas para 2026, con una subida media del 0,5%. Sin embargo, la situación es compleja: estos peajes se calcularon utilizando metodologías que aún carecen de un marco legal sólido.
Finalmente, surge la duda sobre si la CNMC confiaba en un dictamen favorable del Consejo de Estado cuando aprobó la resolución de los peajes, que se realizó sin tener claro el respaldo del organismo consultivo sobre las circulares en cuestión. La incertidumbre continua en el sector eléctrico hace necesario un análisis más profundo sobre las implicaciones de estas decisiones en las tarifas que enfrentan los consumidores en sus facturas de luz.
