Es común encontrar quienes aseguran tener la fórmula mágica para predecir el número ganador del Gordo en la Lotería de Navidad. Se basan en un análisis de datos históricos, lo que puede parecer convincente. Sin embargo, esta creencia se apoya en una mala interpretación del azar y la forma en que realmente funciona la lotería.
La Lotería de Navidad está diseñada para que cada número tenga la misma probabilidad de ser premiado. Todas las bolas son idénticas, se mezclan bien en el bombo y se extraen al azar. Por lo tanto, que un número sea considerado «bonito» o «feo» no influye en sus chances de ganar. Un número como el 00000 tiene exactamente las mismas probabilidades de ser extraído que cualquier otro.
El mito de la memoria en los sorteos
Otro error común es pensar que la frecuencia con la que un número ha salido en el pasado afecta sus posibilidades futuras. Este error se conoce como la falacia del jugador. Por ejemplo, algunos creen que si una moneda ha mostrado cinco caras seguidas, la próxima tirada tiene más posibilidades de dar cruz. Pero la probabilidad siempre es la misma: 50% para cara y 50% para cruz.
En la lotería, esto significa que suponer que un número tiene más probabilidades porque no ha salido en años, o evitar un número que fue premiado en el pasado porque parece «imposible» que gane de nuevo, es un enfoque erróneo.
La ley de los grandes números
La confusión proviene de mezclar dos conceptos: las frecuencias a largo plazo y los eventos individuales. La ley de los grandes números establece que, cuanto más se repita un experimento, los resultados se acercarán a la probabilidad teórica. Esto no significa que en cada sorteo la selección corrija desviaciones del promedio, sino que en muestras grandes, las fluctuaciones tienden a equilibrarse.
Por ejemplo, lanzar una moneda 10 veces puede resultar en ocho caras y dos cruces, pero al hacerlo varias decenas de miles de veces, la proporción de caras y cruces se acercará al 50%. Desde su creación hace más de 200 años, la Lotería de Navidad ha ofrecido muy pocos sorteos en comparación con la cantidad de combinaciones posibles. Por esta razón, los patrones que puedan observarse no reflejan tendencias reales, sino simples coincidencias.
Algunas herramientas avanzadas utilizan modelos de aprendizaje automático para analizar históricamente los premios y detectar patrones, pero estos no ofrecen predicciones fiables. Son, en esencia, espejismos que no ayudan a aumentar las probabilidades reales de obtener un número ganador en futuros sorteos.
¿Qué tan predecible es la lotería?
De acuerdo con el investigador Carlos García Mexide del Instituto de Ciencias Matemáticas, para que todos los números que participan en la lotería piensen en obtener el Gordo, sería necesario realizar más de un millón de sorteos. Aun así, seguiría siendo imposible predecir con certeza qué número ganará en un sorteo individual.
La ley de los grandes números tiene aplicaciones en muchas áreas, como la elaboración de encuestas o en la estimación de riesgos en grandes poblaciones. En estos casos, la clave radica en contar con un número considerable de observaciones para que los resultados se alineen con las probabilidades teóricas. Así que, la próxima vez que escuchemos afirmaciones sobre predicciones de la lotería, recordemos que el azar es implacable y totalmente impredecible.
