El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se lanza a una nueva aventura empresarial que promete generar controversia en torno a sus posibles conflictos de interés. En esta ocasión, el magnate ha decidido incursionar en el sector de la generación de energía por fusión nuclear, a través de un acuerdo con TAE Technologies, una empresa respaldada por Google. Este movimiento se plantea como un intercambio de acciones y está valorado en alrededor de 6.000 millones de dólares.
Un impulso hacia el futuro energético
El acuerdo representa una apuesta ambiciosa, impulsada por la creciente demanda de energía, especialmente por parte de los centros de datos que alimentan la inteligencia artificial. Juntos, Trump Media y TAE Technologies tienen la mira puesta en 2026, año en el que planean lanzar la primera planta de energía de fusión a escala pública, con una capacidad de 50 megavatios. Tras la firma definitiva del convenio, se prevé la creación de más instalaciones que podrían alcanzar entre 350 y 500 megavatios.
Un escenario de negocios complicado
La familia Trump está involucrada en un sinfín de negocios, que van desde criptomonedas hasta el sector inmobiliario y telecomunicaciones. Esta diversificación les ha otorgado una ventaja considerable en el mundo de los negocios gracias a la cercanía del presidente. Desde su retorno a la Casa Blanca, se ha observado como todos los miembros de su familia han visto aumentar sus fortunas.
El camino hacia la fusión nuclear ha sido largo, con investigadores estadounidenses y equipos de todo el mundo tratando de dominar la fusión, un proceso que libera grandes cantidades de energía al unir átomos ligeros en condiciones de temperaturas extremas, similar al mecanismo del sol. A pesar de los esfuerzos, todavía no se ha conseguido crear un reactor de fusión comercialmente viable, y el reto principal sigue siendo generar más energía de la que se consume en el proceso.
Aspectos financieros del acuerdo
Como parte del pacto, Trump Media se compromete a inyectar hasta 200 millones de dólares en efectivo a TAE al momento de la firma, con la posibilidad de añadir otros 100 millones de dólares después de presentar el registro de su fusión ante la Comisión de Valores de EE.UU. (SEC). Este acuerdo cuenta ya con el visto bueno de las juntas directivas de ambas empresas.
Recientemente, el creciente consumo eléctrico de la industria tecnológica estadounidense ha reavivado el interés por la energía nuclear, que incluye la reactivación de antiguos reactores, la expansión de plantas existentes y la planificación de nuevos reactores modulares pequeños.
Al fundarse en 1998, TAE ha colaborado durante más de una década con Google Research en el ámbito de la fusión, y cuenta con el respaldo de importantes empresas como Chevron y Sumitomo Corporation of Americas. Además, se dedica al almacenamiento de energía y al desarrollo de tratamientos biológicos para el cáncer.
Impacto en el mercado de valores
Las acciones de Trump Media experimentaron un aumento del 33% en la preapertura del mercado, aunque a pesar de este repunte, la empresa todavía registra pérdidas significativas, con una caída cercana al 70% en lo que va del año.
Analistas como Dan Ives, de Wedbush, han señalado que TAE podría beneficiarse significativamente del apoyo político que ofrece Trump. En un encuentro reciente, Michl Binderbauer, CEO de TAE, se reunió con altos funcionarios del Departamento de Energía de EE.UU., que ha comenzado a prestar atención a la tecnología de fusión.
La meta de TAE es desarrollar sistemas de fusión más eficientes y rentables. Con la fusión del acuerdo, Devin Nunes, CEO de Trump Media, y Binderbauer, asumirán roles como co-directores ejecutivos, mientras que Michael B. Schwab, fundador de Big Sky Partners, será designado presidente de un consejo de administración de nueve miembros. «Estamos dando un gran paso hacia una tecnología revolucionaria que consolidará el dominio energético global de Estados Unidos durante generaciones», afirmó Nunes en un comunicado.
La fusión de estas dos entidades podría ser clave no solo para el futuro empresarial de Trump, sino también para el panorama energético del país.
