El reciente rechazo al acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur, que incluye a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, ha generado una ola de desencanto. Rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), ha expresado su decepción ante la falta de apoyo de potencias europeas como Francia, Polonia e Italia. Este pacto es crucial, ya que crearía la mayor área de comercio del mundo, abarcando a 722 millones de personas. Grynspan advierte que si la UE opta por rechazar este acuerdo, su credibilidad como socio comercial podría verse seriamente afectada. Al respecto, destaca que el tratado reduciría más del 91% de los aranceles sobre productos europeos que se envían a este bloque latinoamericano.
Desafíos y oportunidades en el comercio internacional
Estas reflexiones surgieron durante un debate celebrado por el Centro de Economía Global y Geopolítica de Esade (EsadeGeo) para celebrar su 15 aniversario. En este foro, Grynspan compartió la mesa con Martin Wolf, editor asociado y destacado analista del Financial Times. Wolf, uno de los más críticos con los obstáculos que enfrenta el acuerdo, subrayó la ironía de que la caída del pacto se deba a quejas de unos pocos agricultores italianos, afirmando: “Se van a reír de ti”. Subrayó la necesidad de que la UE aproveche su influencia comercial para avanzar hacia este acuerdo y eludir las altas tarifas impuestas por Estados Unidos.
Grynspan puntualizó que con este pacto, la UE podría alcanzar un acuerdo comercial con casi todos los países de América Latina, excepto Bolivia y Venezuela. Esto fortalecería su posición como aliado frente a la guerra comercial muy activa entre Estados Unidos y China. Además, enfatizó que los países europeos no pueden depender exclusivamente de incrementar el comercio entre sí para crecer.
Resiliencia y desafíos del comercio global
En otro momento del debate, Wolf habló sobre la delicada situación mundial, caracterizada por las tensiones entre China y Estados Unidos. Alertó que la creciente fragmentación de la economía global representa un riesgo significativo. Sin embargo, a pesar de la guerra comercial que ha marcado la agenda en los últimos tiempos, el comercio mundial ha demostrado una “resiliencia” inesperada. Esta resistencia se debe, en parte, a que “Trump siempre se acobarda” al aplicar tarifas excesivas y al dinamismo general de la economía mundial, que, según el FMI, crecerá un 3,2% en 2025.
Grynspan también destacó que, a pesar de pronósticos pesimistas, se espera un crecimiento del comercio del 4% para fin de año. Este aumento se explica en gran medida por el intercambio de servicios, especialmente los digitales, que se proyecta crecerán un 9% para el 2025.
A pesar de estos datos prometedores, el panorama no está exento de desafíos. Wolf advirtió sobre la “catástrofe demográfica” que se aproxima, donde la población está envejeciendo y disminuyendo rápidamente, salvo en África y el sudeste asiático. Esta tendencia es una de las razones señaladas para un posible estancamiento del crecimiento económico a medio y largo plazo. Grynspan agregó que los países menos desarrollados enfrentarán dificultades para avanzar debido a las altas tarifas comerciales impuestas por EE.UU.
Ambos expertos coincidieron en que la tecnología, y en particular la inteligencia artificial, jugarán un papel fundamental en el desarrollo económico futuro. Grynspan destacó que el 40% del crecimiento del intercambio de servicios está ligado a los avances en IA. Wolf también manifestó que, aunque esta tecnología aumentará la productividad, podría generar inestabilidad social, provocando la pérdida de millones de empleos.
Este escenario plantea interrogantes sobre cómo las naciones y las empresas se adaptarán a un entorno tan dinámico y complejo en el futuro.
