La economía mexicana, tras varios años de estancamiento, parece vislumbrar una pequeña luz al final del túnel. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), se espera que el producto interno bruto (PIB) de México crezca un 1,3% en 2026, según revela su reciente Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe. Sin embargo, este crecimiento sigue siendo modesto y refleja la vulnerabilidad del país ante las políticas comerciales y migratorias de Estados Unidos.
Desafíos persistentes
Durante años, México ha batallado con un crecimiento por debajo del 2%. La Cepal prevé que en 2025, el crecimiento se limite a un 0,4%. Este fenómeno se atribuye a una caída en la demanda interna, un retroceso en las remesas y una reducción en el consumo privado y la inversión. No obstante, los analistas de la Comisión han notado una posible reversión en la desaceleración económica que se había observado en el primer semestre del año, evitando así una recesión técnica.
Factores que sostienen la economía
A pesar de estos desafíos, México se ha mantenido a flote gracias al crecimiento en su sector externo. En los primeros nueve meses del año, las exportaciones hacia Estados Unidos alcanzaron una cifra récord de 399.000 millones de dólares, mientras que la Inversión Extranjera Directa también marcó un hito con 41.000 millones de dólares. Sin embargo, este optimismo se ve ensombrecido por un descenso en el consumo nacional que refleja una disminución en los ingresos reales y en el flujo de remesas.
Caída de la inversión y nuevos esfuerzos
Un informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revela que la inversión bruta fija en México cayó un 6,7%, lo que ha alarmado al gobierno de Claudia Sheinbaum. De hecho, se ha comenzado a diseñar un consejo de inversión que reunirá a algunas de las principales fortunas del país, liderado por el magnate Carlos Slim.
A pesar de la caída en consumo e inversión, las exportaciones han compensado parte de estos descensos. México se perfila como el emisor de deuda más activo de la región hacia 2025, representando el 34% del total de emisiones. Este movimiento incluye emisiones tanto en dólares como en euros, muchas de las cuales están destinadas a mejorar la situación financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Mirando hacia el futuro
Sin embargo, la Cepal advierte que los ingresos petroleros han disminuido, afectando la estabilidad económica del país. La incertidumbre global, especialmente relacionada con los aranceles de Estados Unidos, impacta a casi todas las economías de la región. Para América Latina y el Caribe, se prevé un crecimiento de apenas 2,3% en 2026, un claro indicativo de que la región continúa atrapada en una trampa de bajo crecimiento.
El panorama general no es alentador, ya que las economías locales luchan por equilibrar sus ventajas competitivas con las debilidades persistentes que enfrentan. La Cepal diagnostica un futuro caracterizado por un bajo dinamismo, marcado por tasas de crecimiento moderadas y una serie de limitaciones internas que obstaculizan la inversión, la productividad y la expansión del empleo formal.
En resumen, la economía mexicana se encuentra ante un camino lleno de desafíos y oportunidades, donde cada paso debe ser cuidadosamente considerado para lograr un crecimiento sostenible en el futuro.
