La contratación de trabajadores mayores de 55 años en España está en aumento, pero la situación laboral de este grupo sigue siendo inferior a la de otros países europeos. Según un estudio sobre el talento sénior realizado por el centro de investigación Ageingnomics de la Fundación Mapfre, la tasa de desempleo en este segmento poblacional se eleva al 11,2%. Esta cifra contrasta notablemente con la de Francia, que es del 5,2%, y se aleja aún más de Alemania (2,1%) e Italia (4,4%).
Sin embargo, el informe presenta un aire esperanzador: en los últimos cinco años, el número de contrataciones de personas mayores ha aumentado en un millón. Según el documento, “en un país donde el desempleo general mejora, los séniores son una excepción”.
Brecha de género en el desempleo
Una de las claves que subraya este fenómeno es la brecha de género. Los hombres mayores de 55 años tienen una tasa de desempleo del 9,5%, mientras que para las mujeres es del 12,9%, marcando una diferencia de 3,4 puntos. En comparación, países como Suecia o Alemania presentan cifras casi iguales para ambos géneros, mientras que en Italia y Portugal la desigualdad es mínima. El estudio revela que “España no se destaca positivamente”, siendo el país con más desempleados tanto hombres como mujeres, y donde el aumento del desempleo ha sido más notorio.
El panorama podría cambiar a mediano plazo. Rafael Puyol, catedrático de Geografía Humana en la Universidad Internacional de La Rioja y coautor del informe, anticipa que la diferencia en la tasa de actividad entre hombres y mujeres disminuirá. En 2029, aunque aún habrá más trabajadores masculinos, se estima que la brecha caerá de 10,8 a 7,3 puntos. Además, la tasa de desempleo entre hombres se espera que se mantenga en un 6,9%, mientras que la de mujeres disminuirá a un 10,7%.
Progreso en la inclusión laboral
A pesar de los retos, hay señales positivas. La tasa de actividad de los mayores de 55 años ha aumentado 4,8 puntos en los últimos cinco años, alcanzando un 51,6%. Este porcentaje supera a países como Polonia (38,3%), Francia (45,3%) e Italia (46,9%). Este progreso, aunque notable, revela que “aún queda camino por recorrer”, como afirman los investigadores. La creciente aceptación de trabajadores autónomos mayores, que ha aumentado en 147,000, es un indicativo del proceso de envejecimiento en el trabajo autónomo, donde hay cinco veces más autónomos séniores que jóvenes.
En la presentación del informe, la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, enfatizó la importancia de aprovechar el talento de todos los trabajadores y fomentar la convivencia intergeneracional en el ámbito laboral. “Facilitar que un trabajador alargue su vida laboral si así lo desea es clave”, afirmó.
Cambios necesarios en la contratación
Un reciente sondeo a más de 60 directores de recursos humanos destaca que, aunque el 90% no ve la edad como un obstáculo para la contratación, un 30,6% confiesa no haber incorporado a trabajadores séniores, lo cual resulta “significativo”, según los autores del estudio. Mercedes Hernández, de la fundación Más Familia, critica esta duplicidad.
Para incentivar la contratación de mayores de 55 años, un 64,6% opina que bonificar las cuotas a la Seguridad Social podría ser una solución, igualmente, el 61,3% apoya deducciones en el impuesto de sociedades. La creación de un contrato específico que permita jornadas reducidas, con costo cubierto por el Estado, es la propuesta más valorada. A pesar de que un tercio de los directivos cree que hoy en día es menos común contratar personas mayores, un 82,3% espera que esto cambie en el futuro.
Recomendaciones para fomentar la inclusión
Los investigadores proponen cinco medidas para mejorar la inclusión de las personas mayores de 55 años en el mercado laboral:
- Eliminar barreras: Asegurar que los séniores puedan reincorporarse al trabajo sin obstáculos.
- Mejorar la calidad del puesto: Adaptar los entornos laborales a las necesidades de diferentes edades.
- Fomentar la formación continua: Mantener actualizados a los empleados mayores.
- Establecer programas especiales: Crear iniciativas para ayudar a personas mayores desempleadas.
- Políticas de jubilación flexibles: Permitir la vinculación laboral de trabajadores mayores que estén cerca de la jubilación.
La inclusión laboral efectiva de este grupo no solo es una cuestión ética, sino que también puede transformar positivamente la economía del país.
