Las correcciones en los mercados bursátiles pueden manifestarse de forma abrupta o, por el contrario, ir gestándose lentamente, como el dolor de una ruptura sentimental. Recientemente, los resultados de Nvidia parecían disipar las dudas respecto a una posible crisis en el sector de la inteligencia artificial, generando un resurgir momentáneo del optimismo entre los inversores. Sin embargo, esta alegría se convirtió rápidamente en inquietud, en medio de una creciente volatilidad. Muchos analistas han comenzado a cuestionar si la euforia en torno a la inteligencia artificial es, en realidad, excesiva y si realmente justifica las valoraciones actuales de las empresas que dominan este ámbito. Con el año a punto de concluir y la incertidumbre sobre si la Reserva Federal de EE.UU. bajará las tasas en diciembre, la recogida de beneficios se presenta como una alternativa tentadora.
El Temor a una Corrección
Los grandes valores tecnológicos ya no son intocables. La abrupta caída de Oracle, con un descenso superior al 20% en el último mes, es un claro indicador del temor que engloba al sector. Líderes de Wall Street, como el vicepresidente de JP Morgan Chase, Daniel Pinto, advierten sobre las sobrevaloraciones en el mercado, sugiriendo que las expectativas de productividad podrían estar exageradas. John Waldron, presidente de Goldman Sachs, también ha señalado la preocupación por la dinámica de la inteligencia artificial y su impacto en el retorno de la inversión.
Este debate es crucial, pues de él depende la continuidad de un rally que ha enfrentado desafíos como la guerra comercial y ha visto cómo los inversores pequeños asumen riesgos sin precedentes. A pesar de las turbulencias, los optimistas siguen predominando, aunque algunos, como Michael Burry, el inversor que predijo la crisis de las hipotecas subprime, han decidido adoptar posiciones bajistas en empresas como Nvidia y Palantir, incluso cerrando su fondo a nuevos inversores.
Confianza en la Inteligencia Artificial
A pesar de los vientos en contra, la gran mayoría de gestoras y analistas continúan apostando por la inteligencia artificial y el ciclo alcista en los mercados. «Invertir en acciones relacionadas con la IA es fundamental para construir y preservar el patrimonio a largo plazo», afirma Mark Haefele, director de inversiones de UBS Global Wealth Management. En sus proyecciones para 2026, UBS espera un aumento del 15% en las acciones globales, con la inteligencia artificial como el principal motor.
Por su parte, Morgan Stanley prevé un S&P 500 alcanzando los 7.800 puntos para finales de ese año, un crecimiento cercano al 20% desde ahora. También Santander Asset Management considera la renta variable estadounidense como su activo favorito y augura un futuro prometedor para la IA, desestimando la idea de una burbuja en este sector.
Citi, aunque escéptico respecto a una burbuja, también mantiene una perspectiva optimista y prevé que el S&P cierre el 2025 en unos 6.600 puntos, con un objetivo de 6.900 para mediados de 2026. A pesar de la posible volatilidad a corto plazo, esta entidad cree que mantener una fuerte posición en sectores como la tecnología, la banca y la energía es clave para el crecimiento.
La Dualidad del Sentimiento del Mercado
Un reciente sondeo de Bank of America entre 172 gestores de fondos muestra que la sobreponderación en acciones es la más alta desde febrero, con una liquidez extremadamente baja del 3,7% en sus carteras. Sin embargo, al profundizar en el asunto de la inteligencia artificial, emergen temores significativos. El 53% de los encuestados considera que las acciones vinculadas a la IA están en niveles de burbuja y el 63% opina que el mercado de renta variable está sobrevalorado.
Por primera vez en dos décadas, los gestores reportan un exceso de inversión en inteligencia artificial, con un 45% destacando su posible pinchazo como el mayor riesgo del mercado. Pese a ello, un 54% sigue apostando por los «siete magníficos» de la tecnología, lo que plantea una contradicción entre la percepción del mercado y las decisiones de inversión.
Las advertencias sobre la posible burbuja de la IA son cada vez más comunes en los análisis del FMI y el BCE. Enguerrand Artaz, un gestor de fondos, señala que el optimismo en torno a la inteligencia artificial está comenzando a desmoronarse.
Citi recuerda que, a pesar de la preocupación generalizada, la mayoría de los «siete magníficos» continúan cotizando por encima de su media móvil de 200 días. Si este número cayera significativamente, eso podría indicar el fin del mercado alcista.
A los gestores más pesimistas les preocupa que una corrección robusta pueda ser inminente, y aunque algunos prefieren diversificarse hacia acciones más defensivas, otros como la gestora española Nartex Capital están convencidos de que la burbuja estallará eventualmente.
Con la llegada del final del año, la tentación de recoger beneficios podría conducir a una caída en los mercados, especialmente si las expectativas sobre recortes de tasas por parte de la Fed no se cumplen. El debate sobre las valoraciones y el futuro de la inteligencia artificial continúa, evocando advertencias de épocas pasadas.Tal como lo dijo Alan Greenspan en diciembre de 1996 sobre la «exuberancia irracional» del sector tecnológico, el tiempo decidirá quién tiene la razón: los optimistas o los pesimistas.
