El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha tomado una decisión crucial al rechazar la solicitud del presidente Donald Trump para destituir de manera inmediata a Lisa Cook, gobernadora de la Reserva Federal (Fed). La controversia gira en torno a acusaciones de fraude documental relacionadas con hipotecas obtenidas en condiciones favorecidas.
En un giro inesperado, la corte, que cuenta con una mayoría conservadora de 6-3, ha decidido mantener a Cook en su puesto por el momento. Esto ocurre mientras el Departamento de Justicia apela una sentencia de un tribunal inferior, lo que ha llevado al tribunal a posponer su decisión sobre el despido. Curiosamente, todos los magistrados del Supremo han coincidido en no disentir con esta resolución.
En septiembre, Trump elevó una moción al Supremo buscando la destitución de Cook durante el proceso judicial en curso. Si esta moción hubiera sido aprobada, ella habría dejado de integrar el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), el órgano responsable de establecer las tasas de interés en el país.
La verdadera intención detrás de la movida de Trump es reemplazar a Cook por un gobernador más alineado con sus propuestas de recortes de tasas, un movimiento que busca abaratar los costos de financiación del Gobierno y reactivar la actividad económica. Este objetivo coincide con la reciente designación de Stephen Miran, un aliado del presidente.
La controversia se intensificó en agosto, cuando Trump despidió a Cook en respuesta a acusaciones de que había declarado falsamente ciertas propiedades en Míchigan y Georgia como residencias principales, en un lapso de apenas semanas. Además, se le atribuye la presentación de un tercer inmueble como segunda residencia.
El presidente ha manifestado reiteradamente su descontento con la Fed por no actuar con la rapidez que él considera necesaria para recortar tasas. La salida de Cook evidenciaría su intento de debilitar a esta entidad independiente, cuya normativa federal establece que no puede ser destituida sin una causa justificada.