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Del más de quinientos mil largo de empresas creadas en 5 años, entre dos mil dieciseis y dos mil veintiuno, apenas el 4,1% podían ser consideradas empresas con base
tecnológica, lo que conocemos como start-ups. Y eso pese a que la enorme mayoría de ellas conseguir subsistir bastante más que el resto de empresas.
Según el informe Spanish Tech Ecosystem presentado en el South Summit dos mil veintiuno, España cuenta con más de diez y quinientos start-ups y más de trescientos Scaleups en el año
dos mil veintidos. Además, el estudio efectuado por Informa D&B muestra que, entre el año dos mil dieciseis y el dos mil veintiuno, se crearon en España quinientos setenta cuatrocientos veintinueve empresas, de las que
el 4,1% son start-ups.
La Ley de Fomento del Ecosistema de Empresas Emergentes, asimismo famosa como Ley de Startups, fue aprobada por el Pleno del Congreso de los Diputados
en España con el fin de animar a su creación. Esta regla es la primera en Europa orientada de forma concreta a la creación de un ecosistema
emprendedor renovador.
Las start-ups son empresas de nueva creación que tienen una base tecnológica o su actividad es renovadora. En España, lo que supone un dato más que
interesante, las start-ups tienen una tasa de supervivencia superior al resto de empresas(*4*), siendo el noventa y dos% de ellas las que se sostienen
activas.
Además, son empresas más rentables que el resto, con una rentabilidad del 0.36% a lo largo del periodo de crisis sanitaria que dio sitio a la económica,
al paso que las del resto se ubican en el 0.16%. Las ventas en las start-ups asimismo superan al resto, con una facturación de 1.078.459 euros por
empresa en frente de los setecientos veinticuatro mil ochocientos cuarenta y cuatro euros que corresponde a las del conjunto de control.
La Ley de Startups supone un vector de cambio para situar claramente a España como el hub de talento digital de la UE. La regla posiciona a España
a la cabeza de Europa en el desarrollo de un ecosistema emprendedor con vocación renovadora, como en la creación y relocalización de empresas
emergentes y en la atracción de talento y capital internacional. La Ley de Startups va a entrar en vigor a inicios de dos mil veintitres.
En cuanto a las estadísticas de las start-ups en España, se puede resaltar que el país lidera el ranking en lo que se refiere al temor al descalabro como obstáculo a
la hora de emprender, con un sesenta y cuatro% de la población frente al cuarenta y siete% de media mundial. Sin embargo, España ha asentado su ecosistema emprendedor en el TOP veinte
mundial, sobre la media europea.
En resumen, España cuenta con más de diez y quinientos start-ups y más de trescientos Scaleups en dos mil veintidos, y la Ley de Startups supone un vector de cambio para situar
claramente a España como el hub de talento digital de la UE. Las start-ups tienen una tasa de supervivencia superior al resto de empresas, son más
rentables y sus ventas superan al resto.
Además, existen empresas renovadoras que resaltan por sus modelos de negocio disruptivos. Pese a que el temor al descalabro es un obstáculo para
emprender en España, el país ha asentado su ecosistema emprendedor en el TOP veinte mundial, sobre la media europea.