Mario Draghi, ex presidente del Banco Central Europeo y actual baluarte de la revitalización europea, ha conmocionado a muchos con su reciente declaración en Madrid: «La Unión se enfrenta a un panorama más complicado que hace un año y necesita invertir 1,3 billones de euros y llevar a cabo reformas urgentes para no quedarse atrás. El tiempo es limitado». Con estas palabras, Draghi vuelve a recordarnos la imperiosa necesidad de actuar para salvar a la Unión Europea de la inercia económica.
La Alarma del FMI: La Hora de Actuar
Desde que Draghi presentó su informe sobre la revitalización de la UE hace más de un año, poco ha cambiado en el rumbo económico europeo. Ahora, el Fondo Monetario Internacional (FMI) respalda sus críticas, señalando que «Europa se asienta en un camino de crecimiento lento y mediocre». Alfred Krammer, economista principal del FMI para Europa, menciona en su informe que la brecha de renta per cápita con Estados Unidos es del 30% y que esta diferencia solo continuará aumentando.
El corazón del problema, explica el FMI, reside en la productividad. La UE posee tanto capital como mano de obra, pero no está generando suficientes recursos. De hecho, tres cuartas partes de esta brecha se deben a una productividad inferior en comparación con la de EE.UU.
Propuestas para la Productividad: La Clave del Progreso
El informe del FMI subraya que cerrar las brechas estructurales de las políticas internas y reducir las barreras al comercio y la movilidad laboral podría aumentar la productividad de la UE en un 20,2%. Esto acercaría los ingresos europeos a los estadounidenses. Inclusive, si se implementara un paquete de reformas más modesto, que aborde solo la mitad de estas brechas, se podría incrementar la renta en casi un 9%. Esto subraya el vasto potencial aún sin explotar en Europa.
Para ello, el FMI recomienda modernizar las regulaciones laborales, invertir en capital humano y optimizar los sistemas tributarios. Además, sugiere abrir sectores protegidos y facilitar la movilidad laboral, asegurando que regiones en crecimiento cuenten con viviendas y servicios públicos adecuados.
Un Futuro Preocupante y una Oportunidad de Cambio
Las proyecciones del FMI indican un débil 1,2% de crecimiento para la zona euro este año, incluso bajando a un 1,1% para 2028. Este ritmo es insostenible y deja a Europa rezagada. Krammer advierte: «Este camino lleva a la UE a crecer muy por debajo de su tendencia anterior a la pandemia».
Sin embargo, el potencial no es solo un sueño: aproximadamente el 60% del PIB de la UE proviene de centros de productividad que agrupan empresas, mano de obra y creatividad. Ejemplos como Silicon Valley o el corredor del Benelux ilustran cómo la cercanía facilita la colaboración y mejora la innovación.
El camino hacia la prosperidad no está exento de obstáculos. La fragmentación del acceso al mercado y la falta de dinamismo en el sector privado son solo algunos de los desafíos que enfrenta Europa. De hecho, las barreras entre Estados miembros representan un coste que puede equivaler a un arancel del 40%.
La Llamada a Liberar el Talento
En un mundo donde la movilidad laboral es clave, el FMI identifica un contraste marcado entre Estados Unidos y Europa. Mientras que los trabajadores estadounidenses cambian de residencia sin dificultad, en Europa enfrentan barreras como la falta de reconocimiento de calificativos o precios altos de vivienda, imposibilitando su desplazamiento hacia oportunidades laborales.
Reducir estos obstáculos podría aumentar la productividad de la UE en aproximadamente un 1,8%. Casos como Irlanda y España demuestran cómo la movilidad puede ser beneficiosa, favoreciendo la atracción de talento.
Desafíos Financieros: Una Fragmentación que Duele
El sistema financiero europeo aún presenta fragmendación. Las empresas de la UE tienen dos tercios menos de probabilidades de recibir financiación de capital riesgo que las estadounidenses, y cuando la obtienen, las cantidades son considerablemente más bajas. Armonizar los regímenes jurídicos corporativos y simplificar los procedimientos fiscales podría traducirse en un incremento del 13% en el flujo de capital riesgo transfronterizo en la UE.
En suma, si se abordaran al menos la mitad de las deficiencias políticas, todos los países europeos podrían experimentar un crecimiento económico, beneficiando a la gran mayoría de las regiones. La hora de actuar es ahora, y las reformas son esenciales para garantizar un futuro próspero y competitivo para la Unión Europea.
