Si el cliente del servicio no va al coctel, que el coctel vaya al cliente del servicio. Eso es lo que han debido de meditar dos jóvenes alicantinos que están presentando en sociedad múltiples de sus ideas renovadoras en torno a la preparación de estos licores. Una de ellas es la mochila para servir el combinado por medio de una manguera para captar al cliente del servicio que no ha ido a la barra; la otra es una fuente automática que te prepara el coctel en la barra «en menos de seis segundos». Los dos inventos se pueden ver estos días en el estand que han montado en The Champion Burger, el acontecimiento de hamburguesas en gastronetas libre hasta el nueve de abril en el Puerto de Alicante. 

Bajo el nombre de ‘Mr Quick’, pues como «el tiempo lo es todo», dicen en su web, se han aliado con la inmediatez para ofrecer en menos tiempo cualquier género de coctel «de alta calidad». «En realidad», cuenta Guillermo Albert (Alicante, mil novecientos ochenta y siete), «el término ‘Ready to drink’ no es nuevo». En países como Estados Unidos, Reino Unido, India o Japón lleva muchos aplicándose a la coctelería, «mas con productos que eran controvertibles». «Y, últimamente, la gente se ha dado cuenta de que, igual que se puede comer bien, y se demanda que así sea, se puede tomar bien asimismo», agrega el creador de la compañía así como su asociado, Santi Gómez. 

‘Mr Quick’ nace a consecuencia de la pandemia de Covid. Y es que los dos tenían ‘Three Monkeys Cinema’, una de las coctelerías más influyentes del país, entre las cincuenta mejores de España «mas con el Covid debimos cerrar». Desde entonces, «hemos debido abrir y cerrar múltiples veces en múltiples establecimientos», confiesa Albert Revenga, «y al trabajar en múltiples sitios nos dimos cuenta de que la coctelería estaba al alza y que muchos espacios requerían de este servicio, se nos ocurrió crear la coctelería ‘Ready to drink’ para ofrecer un servicio de calidad y fácil».

Guillermo, con la fuente automática.


Guillermo, con la fuente automática.

MIQUEL HERNANDIS

Nacía así la ‘fuente automática’, un producto «único en el mercado», que exactamente por su sencillez, solo hay que apretar un botón, se transforma en un ‘Ready to serve’, lo que a su vez hace que cualquier persona, y no solo el barman, pueda servir tras la barra. 

«Hemos buscado una fuente que servía para otra cosa y la hemos amoldado para nosotros», afirma. Siempre está sobre diez grados y su resultado es un coctel «madurado en tiempo real con ingredientes cien% naturales». Las posibilidades que ofrece esta máquina, agrega su autor, son variadas. Porque, al no precisar de «la instalación de la infraestructura precisa para contar con de una coctelería» en un local, del personal laboral especializado o de la preparación que acarrea, «todo es más veloz». Así, medita, un hotel, restaurant o puesto «puede ofrecer con la fuente automática cualquier coctel que desee con menos costo y más veloz».

Mochila con manguera

En esos sitios, agrega, asimismo se puede ofrecer el servicio de la mochila con manguera, pensada sobre todo para grandes acontecimientos tipo festivales donde, para lograr una bebida buena, te toca desplazarte (y hacer cola) a la barra. ¿Qué le semeja a la gente que le sirvan un mojito con un manguerazo? Le preguntamos. «A la gente le gusta normalmente, es cierto quienes no se fijan y no les importa y quienes muestran cierta resistencia a que el líquido salga de la manguera«, responde este empresario.

Guillermo sirve a un cliente un mojito.


Guillermo sirve a un cliente del servicio un mojito.

  

«Pero la clave se encuentra en cuando lo prueban», como están verificando estos días en The Champion Burger. «Se dan cuenta entonces de que es de alta calidad y lo agradecen», asegura. De esta forma, se pasean estos días en la zona Volvo del Puerto para captar a clientes del servicio que, tras una o múltiples hamburguesas, «no están muy por la tarea de levantarse a solicitar una bebida».

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Eso explica el moreno que lleva encima Guillermo Albert para esta temporada del año, le comentamos con sorna. «Llevo acá unos días y esto tan moreno como al final del verano pasado», ratifica. «Yo solo deseo decir que, si bien veamos que una bebida sale de una fuente o de una manguera, eso no quiere decir que no sea de calidad», aclara. «Además, lo que procuramos es democratizar el acceso a la coctelería en cualquier sitio sin precisar amoldar el espacio y reducimos así huella de carbono por la cantidad de botellas que nos ahorramos», añade. Desde el viernes llevan servidos mil quinientos cócteles solo de mojito a seis euros el vaso

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Articulo original de El Español

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