El Gobierno busca acuerdos para compensar a los autores por el uso de sus obras en el entrenamiento de Alia, la IA española

El Gobierno busca acuerdos para compensar a los autores por el uso de sus obras en el entrenamiento de Alia, la IA española

El Gobierno español se encuentra en la búsqueda de soluciones para reconocer el trabajo de editores y creadores de contenido que han visto sus obras utilizadas para entrenar el modelo nacional de inteligencia artificial, conocido como Alia. A pesar de su lanzamiento en enero sin compensaciones definidas para los autores, el Ejecutivo tiene la firme intención de rectificar esta situación. Actualmente, se están llevando a cabo negociaciones con editores mientras se estudian las estrategias adoptadas por otras naciones europeas que han implementado sus propios sistemas de inteligencia artificial.

Alternativas de compensación en Europa

El Ministerio de Transformación Digital y de la Función Pública, encargado del desarrollo de Alia, ha mantenido reuniones con representantes de Noruega y Países Bajos, quienes han implementado enfoques diferentes para remunerar a los creadores. El objetivo es crear un modelo de compensación que funcione en España, tomando inspiración de estas iniciativas que ya están en marcha.

En Noruega, se ha optado por un sistema de licencias. El gobierno noruego ha destinado anualmente 45 millones de coronas (aproximadamente cuatro millones de euros) para compensar a los editores de prensa por el uso de sus artículos en el modelo de IA. Se prevé que en el futuro se establezcan acuerdos similares con escritores y otros creadores.

Por su parte, en Países Bajos, donde ya se ha implementado el modelo GPT-NL, se negocia un sistema de participación en los ingresos. En este modelo, los pagos no son fijos, sino que se calculan según los ingresos generados por la IA, excluyendo solo los usos académicos. Este enfoque permite a los editores recibir una compensación proporcional al éxito comercial de su contenido.

El compromiso del Gobierno

Fuentes del Ministerio de Transformación Digital expresan su confianza en que se podrá llegar a un acuerdo con los editores. A pesar de que la distancia en las negociaciones es notable, hay disposición de ambas partes para acercar posturas. Jorge Corrales, director general de Cedro, la asociación de editores, recordó que, bajo el mandato del anterior ministro, se había propuesto un pago único de dos millones de euros, que fue rechazado, ya que habría sentado un mal precedente frente a grandes tecnológicas.

Además, la asociación ha instado a Common Crawl, un repositorio que compila obras de internet sin licencias, a retirar de su catálogo los documentos de sus miembros. Common Crawl, que almacena 300.000 millones de páginas desde 2007, es una herramienta muy utilizada por empresas tecnológicas para alimentar sus modelos de lenguaje.

Alia: el modelo de IA español

Desde su lanzamiento en enero, Alia ha demostrado ser un proyecto abierto, accesible para cualquier usuario que desee construir su propia herramienta de inteligencia artificial generativa. Este modelo, cuyo desarrollo costó unos 10 millones de euros, utiliza documentación pública, así como el mencionado repositorio Common Crawl, como base para su entrenamiento. En este proceso, los textos en español y en lenguas cooficiales representan un 20% del total, una proporción que, aunque baja, supera a la de otras herramientas populares.

La creación de Alia pone de manifiesto la importancia de contar con un modelo que no solo sea eficaz, sino que también respete los derechos de autor. Con la creciente atención sobre las prácticas de las grandes tecnologías, es crucial establecer un precedente que asegure el respeto a la propiedad intelectual.

A medida que los grandes modelos de lenguaje continúan evolucionando, este debate cobra nueva relevancia. La necesidad de obtener un número masivo de datos para el entrenamiento ha llevado a situaciones complicadas, como la oleada de demandas por violaciones de derechos de autor en EE.UU. En septiembre, la firma Anthropic acordó un pago histórico de al menos 1.500 millones de dólares a un grupo de escritores para evitar un litigio, marcando un hito en la consideración de los derechos de autor en la era de la inteligencia artificial.

A medida que el Gobierno busca cerrar la brecha en la compensación de los creadores de contenido, el caso de Alia será un referente que podría influir en futuras políticas de inteligencia artificial en todo el mundo.