En el mundo del emprendimiento, a veces las historias más inspiradoras surgen de situaciones adversas que son superadas con determinación y valentía. Este es el caso de Antonio Barbeito, un emprendedor cuya travesía lo llevó desde heredar una empresa familiar en quiebra hasta levantar un innovador proyecto en el sector educativo.
La historia de Barbeito se remonta a la empresa familiar Mundoestudiante, la cual recibió en un momento de crisis. Con esfuerzo y dedicación, logró transformarla en una empresa sólida y rentable, con más de 60 empleados y posicionada como referente en el ámbito educativo en España.
Uno de los pilares de este éxito fue la apuesta por la transformación digital. Barbeito comprendió la importancia de adaptarse a las nuevas tecnologías y, en 2016, comenzó el proceso de digitalización de los métodos de enseñanza heredados de su padre, combinando la tradición con la innovación.
La transformación digital ha permitido abrir las posibilidades de formación en cualquier momento y lugar.
La llegada de la pandemia aceleró aún más este proceso, obligando a Mundoestudiante a migrar completamente hacia el ámbito digital. La plataforma se adaptó rápidamente, manteniendo la calidad de la enseñanza en un entorno online y en directo, sin recurrir a contenidos pregrabados.
Además, Mundoestudiante se destaca por su enfoque disruptivo en la educación, alejándose del modelo tradicional y centrando su metodología en la interacción personalizada entre profesores y alumnos. Esta visión innovadora ha permitido a la empresa expandirse a nivel internacional, con alumnos de 19 países que participan en sus cursos en línea.
Actualmente, Antonio Barbeito se encuentra explorando las posibilidades de la inteligencia artificial generativa a través de ChatGPT. Reconociendo el potencial de esta tecnología, se plantea integrarla en su plataforma educativa de manera consciente, asegurando que la IA se utilice con un propósito claro y en beneficio de la formación crítica de los estudiantes.
El compromiso de Mundoestudiante con la innovación y la excelencia educativa evidencia que, incluso en tiempos de crisis, es posible reinventarse y construir un proyecto exitoso que marque la diferencia en el campo de la educación.
