Hoy en día, el teléfono móvil se ha convertido en una extensión de nosotros mismos. Lo llevamos a donde quiera que vayamos, lo utilizamos para tareas diarias y raramente lo dejamos a un lado. Sin embargo, existen momentos en los que, por seguridad, debemos desconectarnos, especialmente al abordar un avión. En este sentido, activar el Modo avión se ha vuelto casi un ritual.
Esta función, que está presente en todos los dispositivos móviles, desactiva conexiones como la red móvil, el WiFi y el Bluetooth. No obstante, aún podemos disfrutar de otras actividades, como ver fotos, escuchar música descargada o leer documentos. Así, durante el vuelo, los pasajeros quedan totalmente desconectados, sin acceso a Internet y sin la posibilidad de utilizar aplicaciones que requieren red.
Con la creciente necesidad de estar siempre conectados, este panorama está empezando a transformarse. La demanda de los usuarios y el avance de nuevas tecnologías han impulsado a las aerolíneas a explorar soluciones que permitan ofrecer Internet incluso a 10.000 metros de altura.
De hecho, muchas aerolíneas ya han comenzado a implementar servicios de WiFi a bordo, aunque comúnmente solo están disponibles para quienes estén dispuestos a abonar un costo adicional. A pesar de estos avances, la realidad es que la mayoría de estas conexiones no cumplen con las expectativas: normalmente son lentas, inestables y limitadas, lo que dificulta realizar tareas básicas como enviar archivos, hacer videollamadas o ver contenido en streaming sin interrupciones.
Sin embargo, esta situación está a punto de cambiar. Uno de los grandes impulsores de esta evolución es Elon Musk, a través de su empresa SpaceX y su innovador servicio de Internet satelital Starlink.
La aerolínea United Airlines ha sido de las primeras en anunciar la incorporación de Starlink en su flota. Esta implementación está diseñada tanto para vuelos nacionales como internacionales, lo que representa un avance significativo en la modernización de la conectividad aérea.
Starlink no es el Internet tradicional. Se basa en una red de satélites en órbita baja, creada para brindar conexión en áreas remotas y difíciles de alcanzar. Hasta el momento, ha mostrado ser una solución efectiva en lugares rurales donde muchas compañías no pueden llegar. Ahora, esa misma infraestructura se adapta para ofrecer conexión de alta velocidad durante el vuelo.
A diferencia de los sistemas que utilizan la mayoría de las aerolíneas, que dependen de satélites geoestacionarios a gran distancia, Starlink proporciona una experiencia de navegación más cercana a la que estamos acostumbrados.
Gracias a esta tecnología, los pasajeros disfrutarán de una conexión más rápida y confiable. Esto permitirá realizar videollamadas sin cortes, ver contenido en alta definición, seguir eventos deportivos en directo, trabajar en línea o mantener el contacto en redes sociales.
Para muchos viajeros que se desplazan por motivos laborales o que requieren estar en constante comunicación, contar con una conexión estable durante el vuelo puede representar un auténtico cambio.